Bilirrubina alta: causas y tratamiento de una patología muy preocupante para tu hígado
Cuando los niveles de bilirrubina aumentan suelen ser evidentes, pero el diagnóstico es clave para conocer bien sus causas y determinar un tratamiento
La prevención también es importante con buenos hábitos de vida que eviten el aumento de esta sustancia
“Me sube la bilirrubina. ¡Ay! Me sube la bilirrubina”. No serán pocas las veces que has escuchado, bailado o cantado esta canción de Juan Luis Guerra pero, ¿realmente sabes lo que quieres decir cuando hablas de que te sube la bilirrubina? La bilirrubina es una sustancia de una tonalidad algo amarillenta que se encuentra en la bilis, un líquido del hígado que permite digerir las grasas, por lo que es una sustancia más que necesaria. En caso de que te pase como al cantante y la bilirrubina suba sus niveles debes tener precaución, pues puede ser peligroso para tu hígado.
La ictericia, un síntoma clave
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Tal y como establece el blog de salud de Mapfre, cuando la hemoglobina que transporta el oxígeno a través de los glóbulos rojos se desintegra aparece la bilirrubina y cuando esta pasa de sus valores normales a unos mucho más elevados es probable que sea el indicador de una patología de origen hepático que podría estar llevando a que se localicen esos niveles anormales de bilirrubina. De todas formas el síntoma más claro sobre los altos valores de bilirrubina es la ictericia, cuando la piel y las mucosas pierden su tonalidad habitual sobre una más amarillenta.
En todo caso, la bilirrubina puede ser directa o indirecta. La primera se puede eliminar por la orina, mientras que la segunda no. De todas formas, la suma de ambos valores es la bilirrubina total. Así es como algunas causas terminan afectando a los niveles de bilirrubina, haciendo que suba un tipo otro. Entre ellas están las enfermedades hepáticas, como la hepatitis o la cirrosis, aunque también puede deberse a obstrucción fuera del hígado o dentro del mismo, por ejemplo la bilis.
Otras de las causas frecuentes sobre la subida de la bilirrubina tiene que ver con la producción de hemoglobina, ya que cuando los glóbulos rojos se destruyen antes de tiempo se puede producir una anemia hemolítica al no poder completar su función. Aún así, hay otras enfermedades menos conocidas, como el síndrome de Rotor o el síndrome de Gilbert, enfermedades que provocan una subida de la bilirrubina o que el hígado no trabaje como debería.
La importancia de un buen diagnóstico
Es importante realizar un diagnóstico profesional para encontrar la causa específica de la subida de la bilirrubina, donde además de la ictericia es probable encontrar otra serie de síntomas, como dolor abdominal, náuseas o heces de color pálido. De esta manera la analítica de sangre puede ser la mejor prueba de diagnóstico al mostrar los valores de los diferentes tipos de bilirrubina que hay en nuestro organismo. Tras detectar esos niveles anómalos, es necesario encontrar la causa, para lo que muchas veces es necesario realizar otro tipo de pruebas más allá del análisis de sangre.
Entre ellas está el interrogatorio médico, pues los malos hábitos, como el consumo excesivo del alcohol, podría estar tras la subida de la bilirrubina, o incluso pruebas más específicas como una biopsia hepática. De esta forma es complicado establecer un tratamiento específico, ya que el diagnóstico aquí tiene gran importancia, pues dependiendo de la causa desencadenante de la bilirrubina alta se recibirá por parte del médico un tratamiento u otro que haga el efecto deseado.
Así mismo, existen dos medidas o hábitos clave para intentar bajar o mantener a raya nuestra bilirrubina. La primera es clara, evitar o menguar la ingesta del alcohol, uno de los grandes enemigos de nuestro hígado que podría contribuir a elevar los niveles de bilirrubina. Por su parte, una alimentación equilibrada es importantísima, intentando evitar, e incluso eliminar los alimentos excesivamente grasos o los fritos de nuestra dieta.
Ya ves que aunque “La Bilirrubina” de Juan Luis Guerra suene de lo más alegre en tus fiestas la subida de esta sustancia no es, para nada, lo mejor que podría pasarle ni a tu hígado ni al resto de tu organismo. Así que ya sabes, prevención y ante cualquier síntoma, acudir al médico para realizar un diagnóstico seguro y completo.