La borrasca Filomena nos ha dejado muñecos de nieve, pistas de esquí, guerras de bolas... Pero también resbalones, caídas y moratones. No estamos acostumbrados a caminar por la nieve y lo hemos notado: ayer mismo, el Hospital Gregorio Marañón de Madrid recibió a 130 pacientes en el turno de mañana, de los cuales 85 fueron por traumatismos derivados de caídas provocadas por la nieve, según la Cadena SER. Desde muñecas torcidas hasta caderas rotas en el caso de los más mayores, las torceduras y fracturas están siendo constantes estos días. Para evitar que nos pase algo parecido, la Sociedad Española de Cirugía Ortopédica y Traumatología (SECOT) ha elaborado una guía para caminar por la nieve de forma segura.
El documento de la SECOT recomienda que, en lugar de dar pasos amplios y rápidos, los hagamos más cortos y llevando el cuerpo hacia delante, "como los pingüinos". De esta forma, el peso cae sobre el pie que avanza y se apoya de plano, con toda la planta del pie.
"El objetivo es que el peso del cuerpo se apoye en un ángulo perpendicular a la superficie del suelo para reducir el riesgo de que se produzca un deslizamiento del talón", apuntan los expertos.
Las muñecas pueden sufrir fracturas, ya que el gesto natural es ponerlas para evitar daños en otras partes del cuerpo. Intenta, en la medida de lo posible, no sacarla en ángulo complicados.
Una cosa muy importante es no llevar las manos en los bolsillos, para evitar golpes en la cara y cabeza. Además hay que hacerse de unos buenos guantes, que amortiguen y calienten.
Una distracción en un mal momento puede traer consecuencias fatales. Por ello, debemos llevar las manos despejadas por si debemos reaccionar al momento. Lo mejor para esto es llevar guantes de nieve, dejar todo lo que llevemos en las manos y utilizarlas para equilibrarnos en caso de algún resbalón, o como apoyo para frenar el golpe si todo falla y terminamos en el suelo. Especialmente, no debemos llevar grandes pesos como bolsas de la compra, ya que nos podría hacer perder el equilibrio rápidamente.
No podemos salir con cualquier zapatilla. Si tenemos calzado de montaña, es el momento. La suela es indispensable para que no resbalemos. De esta forma, además, sentiremos más seguridad a la hora de dar esos pequeños pasos con el cuerpo echado hacia delante y evitaremos resbalar con los talones. A este respecto, la SECOT recomienda una buena suela de goma antideslizante que permita aumentar el agarre, utilizando bridas o cadenas de pies en los casos más extremos.
Esta recomendación ya era una constante durante los meses de la pandemia, pero con el temporal se ha reforzado el mensaje de que es necesario limitar la movilidad para evitar consecuencias negativas. A este respecto, la SECOT pide "salir de casa solo si es estrictamente necesario" y "mantener la entrada de las casas, portales y rampas libres de nieve lo antes posible", para evitar que se transforme en hielo, que es más difícil de quitar a la larga.
Estas recomendaciones son importantes a nivel personal para evitar caídas y traumatismos, pero lo más importante, para despejar los hospitales y no colapsar a los médicos. Es importante recordar que todavía nos encontramos en medio de la pandemia de la COVID-19 y que, como advirtió ayer en rueda de prensa el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, "vienen semanas muy duras" debido al aumento de la movilidad durante la Navidad. Es mejor tener los hospitales despejados.