Cáncer de mama metastásico: así es la lucha contra la variante más letal, presente en 1 de cada 20 casos

  • En este Día Internacional del Cáncer de Mama nos hacemos eco de cuando la enfermedad realiza metástasis y se expande por el cuerpo. ¿Qué ocurre entonces? ¿Supone siempre el final?

  • La esperanza de vida media después del diagnóstico del cáncer de mama metastásico ha aumentado hasta los cinco años, y la esperanza está en hacer crónica la enfermedad

En 2019 se detectaron en España más de 33.000 nuevos casos de cáncer de mama, con un mayor porcentaje de diagnósticos en mujeres en la franja de los 45 a 65 años. De todos ellos, entre un 5 y un 6% presentaban metástasis en el momento del diagnóstico. Una amplia mayoría de las muertes que se producen por cáncer de mama son por el tipo metastásico, el más letal. Y no es asunto baladí: mientras que la tasa de supervivencia a 5 años es del 90% en el cáncer de mama invasivo, el porcentaje baja hasta el 27% cuando se trata del que conlleva metástasis.

Estos datos revelan la importancia de una detección precoz para evitar un dato que asusta: solo en 2019, en España, murieron aproximadamente 6.000 mujeres debido a este tipo de cáncer, las recaídas que produce, y sus complicaciones por todo el organismo. En este 19 de octubre, Día Internacional contra el Cáncer de Mama, intentamos arrojar algo de claridad sobre lo que significa realmente su metástasis y cómo se puede convivir con ello.

Una palabra que, de primeras, da miedo...

La palabra metástasis la tenemos en nuestro diccionario personal como el final de un camino, cuando ya no hay nada más que hacer. Pero nada más lejos de la realidad. Ahora, gracias a los avances de los tratamientos médicos, existe esperanza más allá del diagnóstico de la metástasis.

"El pronóstico del cáncer de mama ha mejorado en los últimos años gracias a la investigación", explica el presidente de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), el Dr. Álvaro Rodríguez-Lescure. "Hay nuevos fármacos que aumentan la supervivencia de las pacientes, se les ha estratificado mejor y se han desarrollado paneles genómicos que permiten diferenciar qué pacientes se benefician de quimioterapia y cuáles no", subraya.

Según explican desde la SEOM, "a principios de los años 80, las mujeres diagnosticadas de cáncer de mama tenían unas posibilidades de estar libres de recaída a los 5 años tras el diagnóstico que se situaba en torno

al 70%. En la actualidad la cifra se aproxima a casi un 90%", y todo ello ha sido gracias a la investigación y a la colaboración público-privada.

No obstante, la metástasis no deja de ser una expansión del cáncer por otros órganos, con todo lo que ello implica: "cuando el cáncer de mama se extiende a otros órganos, la curación ya no es posible y el objetivo del tratamiento es la cronificación de la enfermedad y la paliación de los síntomas", escribe la Dra. Ana Santaballa en el blog de la SEOM. Y apunta cómo puede ser un posible tratamiento: "el más importante en este estadio es el tratamiento sistémico (quimioterapia, hormonoterapia y/o terapias dirigidas) y la elección sobre uno u otro depende tanto de factores que afectan al tumor como a características de la paciente incluyendo sus deseos".

... pero hay esperanza y nuevos tratamientos

Almudena González, de 57 años, ha dejado su testimonio y experiencia en la Asociación de Cáncer de Mama Metastásico, nacida en 2017. La experiencia de Almudena se remonta hasta 2001, cuando le detectaron cáncer de mama del que se recuperó satisfactoriamente. Sin embargo, 16 años después, en 2017, le diagnosticaron metástasis. El mismo cáncer, pero en otra parte del cuerpo.

"El oncólogo fue claro: 'no hay cura'", escribe. "Si soy sincera diré que no me lo esperaba. Iba preparada para que me dijera que tenía otro tipo de cáncer. Eso sí, pero no estaba preparada para escuchar que tenía recidiva del cáncer de mama que había padecido 16 años antes, ahora con metástasis óseas y que era incurable".

Ahora, tres años después, Almudena escribe que tiene motivos de sobra para estar contenta. "Estoy en un ensayo clínico con una medicación en pastillas basada en inhibidores de la ciclina y de aromatasa y ya estoy en el ciclo 20 del tratamiento inicial. También me administran mensualmente por vía intravenosa ácido zoledronico para reforzar los huesos y controlar el dolor. El tratamiento está funcionando, y aunque tiene sus efectos secundarios es bastante llevadero. Los últimos resultados del pet tac han sido muy favorables, las lesiones óseas están curando y los ganglios ya no se detectan. Estoy en mejoría. Y espero que el tratamiento siga funcionando mucho tiempo. Está dando muy buenos resultados en otras pacientes también. Tengo la esperanza de que algún día se pueda cronificar la enfermedad. Soy consciente que la curación del Cáncer de mama metastásico está lejos en el tiempo todavía", relata.

Objetivo: mejorar la calidad de vida

Una de las últimas acciones desarrolladas para mejorar la calidad de vida de las mujeres con cáncer de mama metastásico proviene de la compañía Pfizer, que han puesto en marcha la campaña 'Más vida para tu vida' en la que, a través de un portal web, publican podcast, video tutoriales, webinars y otros materiales informativos que abordan cuestiones como la comunicación paciente-oncólogo, hablar de la enfermedad con el entorno, el ejercicio físico o la sexualidad.

Y es que la relación entre oncólogo y paciente se convierte aún en más fundamental en estos casos. "Los oncólogos nos convertimos en una figura clave para la paciente y su calidad de vida, ya que nos corresponde informarle sobre la evolución de su enfermedad y ayudarle a tomar decisiones sobre su tratamiento, por lo que la comunicación y la confianza entre ambos es fundamental", explica el doctor Javier Salvador, Jefe de Servicio de Oncología Médica del Hospital Universitario Virgen del Rocío.

Todo ello para seguir aumentando la calidad de vida en los años de convivencia con este tipo de cáncer, unos años que, por fortuna, van en aumento. Según los datos del Institut Català d’Oncologia (ICO), la supervivencia de estas pacientes se ha doblado en los últimos 20 años, pasando de un 20% a un 38%, y actualmente el tiempo que pasa desde que se detecta hasta el óbito ha aumentado hasta los 5 años.