El cáncer de testículo afecta cada año a unos 850 varones en España pero, por fortuna, es uno de los tumores con los que se tiene una probabilidad de supervivencia más alta, rozando el 95%. La edad media de fallecimiento por un cáncer de testículo en España se sitúa en los 45 años, por lo que conviene saber identificarlo a tiempo con unos sencillos pasos que no te llevarán mucho tiempo y te pueden salvar la vida.
"Los testículos tienen varios tipos de células en su estructura con distintas funciones", explica el doctor Juan Francisco Rodríguez Moreno en un artículo publicado en la Sociedad Española de Oncología. De todas ellas, explica, la más relevante es la de las células germinales, que dan lugar a los espermatozoides. "En 9 de cada 10 ocasiones este tumor se genera a partir de esas células germinales".
En cuanto a los motivos por los que se produce el cáncer de testículo no hay unas causas muy definidas, aunque sí parece que la criptorquidia podría tener mucho que ver. La criptorquidia es un trastorno que ocurre en el momento de la formación del feto y que provoca que el testículo no descienda hasta el escroto y se quede en el abdomen hasta después del nacimiento. Los hombres a los que les pasó esto al nacer tienen más probabilidades de padecer un cáncer testicular.
Otros factores no determinantes serían los antecedentes familiares, el tamaño corporal y la raza étnica, ya que se ha estudiado que la incidencia del cáncer de testículo entre los hombres de raza blanca es aproximadamente de 4 a 5 veces mayor que el de los de raza negra y que el de los hombres asiático-americanos.
A diferencia del cáncer de colon para mayores de 65 años o del cáncer de mama para mayores de 40, la Sanidad Pública no dispone de campañas para detectar de manera precoz el cáncer de testículo. Esto se debe, entre otros factores, a la baja incidencia de esta clase de tumores en la población masculina, pero hace más importante la autoexploración.
En la mayoría de las ocasiones el cáncer de testículo presenta un abultamiento en la zona testicular que, a menudo, no duele si se aprieta. El crecimiento de este bulto suele ser progresivo, por lo que, una vez detectado, conviene hacer un seguimiento y acudir al médico de cabecera para que lleve a cabo una exploración profesional.
Además del abultamiento, el cáncer testicular puede presentar otros síntomas tales como dolor intenso y agudo en la ingle, sensación de pesadez en el escroto y mayor sensibilidad en las mamas.
Según la Sociedad Americana Contra el Cáncer, estos son los pasos a realizar para llevar a cabo una correcta autoexploración de los testículos:
Por otro lado, conviene advertir de que es normal que un testículo sea más grande que otro de manera habitual, por naturaleza, y que a veces puedan resultar más hinchados de lo normal por la creación de líquidos alrededor del testículo.
En definitiva, aunque este tipo de cáncer sea uno de los menos frecuentes y de los menos agresivos, conviene no bajar la guardia y perder unos pocos minutos cada cierto tiempo para autoexplorarse y evitar sustos a posteriori.
*Ante la menor duda de que puedas tener un bulto sospechoso, acude a tu médico de cabecera*