Los españoles creadores de los chicles que desactivan la covid en la boca: “No sustituye a las mascarillas”
Ideas Agitadas, de la mano del doctor Marcos Isamat, presentan ‘Chewing Maks’, el chicle que evitará que nos contagiemos del SARS CoV-2
El chicle nos aporta un grado más de tranquilidad y el efecto es exactamente el mismo que el del gel hidroalcohólico, pero en la boca
No se trata de un producto sanitario
Aunque ya sabemos que las mascarillas, la vacunación y la distancia social son la fórmula para frenar el coronavirus, los investigadores trabajan sin descanso en nuevas herramientas que ayuden a la contención de la pandemia, en especial después de dos años en los que poco a poco vamos conociendo mejor a lo que nos enfrentamos. El pasado mes de diciembre la EMA avaló la nueva píldora de Pfizer, un antiviral que se empleará en pacientes con alto riesgo de sufrir complicaciones graves por la covid. Y ahora, una empresa española, Ideas Agitadas, de la mano del doctor Marcos Isamat, presentan ‘Chewing Maks’, el chicle que evitará que nos contagiemos del SARS CoV-2 y otros virus a través de la boca. Hablamos con ellos para que nos expliquen todos los detalles.
No es un chicle anticovid
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Es un chicle, pero no uno al uso. "Tiene una funcionalidad maravillosa que es la de cargarse los virus", explica José Antonio González, CEO de la empresa. Sin embargo, hay que dejar claro que no se trata de un producto sanitario, es decir, que no es anticovid. "El coronavirus es una enfermedad que, en el momento que empiezas a manifestar síntomas, poco se puede hacer. El chicle es una herramienta que interfiere con la infección, con el primer paso", apunta el científico.
Lo que hace el chicle en sí es liberar unas concentraciones iniciales altas de unos ácidos que provocan una caída del PH brusca en todo el entorno bucal. "Incidimos en la capa lipídica de los virus, es decir, en la envoltura, y conseguimos con el cóctel de los ácidos crear un entorno hostil para el virus". Pero, además, no solo actúa frente al coronavirus, sino que también lo hace con el resto de los virus que tengan un envoltorio y que se transmita por aerosoles, es decir, que la saliva sea su vehículo de transmisión. "Es también efectivo frente a la gripe y otros tipos de coronavirus que nos preocupan en menos grado".
No obstante, no es, en ningún caso, una medida sustitutiva, es decir, siempre es a más a más. No evita que tengamos que utilizar la mascarilla ni mantener la distancia social. "Sería presuntuoso por nuestra parte contradecir las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud. El chicle nos aporta un grado más de tranquilidad y el efecto es exactamente el mismo que el del gel hidroalcohólico, pero en la boca. Es decir, protege cuando te acabas de exponer al virus, pero no frente a una exposición posterior", aclara Isamat.
¿Cuánto dura su acción?
Para que te hagas una idea, cuando tu usas hidrogel eliminas los virus que tienes en las manos en ese instante y en esto, la idea es la misma. "El chicle provoca una bajada del ph en la cavidad bucal durante un periodo de entre dos y cuatro minutos y, a partir de ahí, ya vuelves a estar expuesto a riesgos".
Lo que resulta especialmente interesante es que la acción funciona en dos direcciones. Por un lado, sirve para que los infectados reduzcan su carga viral. "Un infectado está constantemente replicando el virus en el entorno bucal y el chicle lo que hace es reducir esa replicación que se produce aproximadamente cada seis horas”, apunta el experto. Por otro lado, también resulta útil si lo tomas nada más exponerte a una persona que está contagiada o que crees que potencialmente puede estarlo, de forma que se neutraliza el virus al que nos hemos expuesto.
"También es cierto que entran en juego muchos factores como pueden ser la capacidad de salivación de una persona, la carga viral que tengamos o a la que estemos expuestos, no es una aritmética exacta. Por eso hablamos de que no es un producto sanitario sino una herramienta más que puede ayudar a la contención de la pandemia", aclara. Los chicles ya han pasado tres estudios sobre la capacidad virucida, la toxicidad y la erosión dental y con ellos su venta ya está aprobada.
Primero en Canarias, a dos euros el paquete
El primer sitio donde se podrán comprar los chicles será en Tenerife, donde un consorcio de empresarios se ha hecho con las primeras unidades. Cada paquete tiene un total de diez unidades y su precio va a ser de más o menos, dos euros. Su sabor inicial es de menta con un regusto cítrico, aunque ya está trabajando en otros dos sabores: fresa y limón.
“En cuanto a la cantidad máxima que se puede tomar, recomendamos que no sea más de un chicle cada seis horas, unos tres o cuatro al día, ya que no queremos que nuestra boca esté expuesta a un entorno ácido prolongado, aunque cabe destacar que los componentes están aprobados y son los mismos que están presentes en el vinagre, el agua carbonatada y el jugo de limón”, apunta José Antonio. Como ocurre con el gel hidroalcohólico, su consumo obsesivo puede acarrear problemas de salud que no queremos experimentar.