La alimentación es importante a cualquier edad, con una dieta rica en vitaminas, minerales y nutrientes que favorezcan el crecimiento en edades tempranas y que mantengan el organismo fuerte en la vida adulta. Es precisamente en ese momento, en edades ya más avanzadas, cuando la alimentación puede descontrolarse un poco por eso de darse algún capricho que otro al paladar. Pero complacer esos deseos no quiere decir que haya que dejar de lado cierta parte de la alimentación, como las verduras. Son un complemento base para la dieta que traen beneficios en cualquier etapa de la vida. Por eso mismo no se deben omitir de la alimentación. ¿Quieres saber los beneficios que te pueden otorgar?
No tienen que gustarte absolutamente todas las verduras del mercado, pero aprovechar aquellas que más gustan en casa para hacer menús más equilibrados favorecerán la salud de toda la familia. Lo primero porque las verduras son una gran fuente de vitaminas, minerales y de fibra para el organismo, en especial en potasio, calcio, hierro y vitamina C, además de dar un gran aporte, junto a las frutas, de agua. También suelen presentar un alto contenido en antioxidantes que protegen al cuerpo de algunas enfermedades cardiovasculares y del sistema nervioso, así como sustancias bioactivas que hacen que el riesgo de sufrir enfermedades crónicas, hipertensión o la obesidad disminuya.
Por su parte, las hortalizas son un alimento que debe estar presente en la vida de los deportistas, ya que una falta de ellos puede conllevar a sufrir cansancio y tensión muscular. Por eso, para quienes hacen algún deporte se aconseja, especialmente, las verduras de hoja verde por su contenido en magnesio además de potasio, que realizan un papel fundamental en los músculos y en la relajación.
Las verduras son unos alimentos prácticamente carentes de grasas, lo que unido a lo anterior significa que son beneficiosas para el sistema cardiovascular. Aún así, su contenido en azúcares es prácticamente nulo, por lo que no aportan grandes cantidades de energía. Por eso mismo, las verduras generalmente deben ir acompañadas en la mesa de otros alimentos para complementarse entre sí, aportando distintos nutrientes necesarios para el correcto funcionamiento del organismo.
El consumo de las verduras en ocasiones es el gran problema, pero se recomienda optar siempre por las de temporada, ya que es su momento de máxima producción y cuando sus propiedades suelen estar más presentes. También es aconsejable optar por las hortalizas de proximidad, es decir, producto local, y a ser posible que hayan sido cultivadas de forma sostenible. Aún con ello, la verdura congelada también es un opción si por el trabajo o el cuidado de hijos o nietos no da tiempo de mantener un dieta a partir de hortalizas frescas. Siempre se puede optar por esta opción, pues al congelarse prácticamente todas sus propiedades nutritivas se mantienen y no se pierden.
Ahora bien, a veces comer verduras es complicado porque no se sabe bien como añadirlas en las comidas diarias. Pero como a pesar de que son beneficiosas no dan grandes aportes de energía, es mejor utilizarlas siempre como guarnición o primer plato. En este último caso se pueden hacer ensaladas o purés que abran el apetito ante el segundo plato. Por su parte, las hortalizas pueden hacerse como ensalada, hervidas, salteadas o a la plancha para tomarlas como guarnición en el plato principal o incluso ser un gran snack para ese picoteo de media tarde con zumos, batidos o palitos de zanahoria.
Las hortalizas están presenten durante todo el año, unas se mantienen siempre en el mercado y otras aparecen según si es su época o no. De esta manera, como ya te comentábamos, se aprovechan las verduras de temporada para variar de alimentos y que las comidas no sean aburridas y siempre haya algo nuevo que, además, aportará al organismo algo totalmente diferente a lo que se suele acostumbrar a comer.
Desde edades tempranas siempre nos han dicho que hay que comer fruta y verdura, una afirmación que con el tiempo parece que se olvida. Pero lo cierto es que las hortalizas forman parte de una dieta sana y equilibrada a cualquier edad, es más en la edad adulta puede ser beneficiosa para prevenir algunas enfermedades además de para mantener el organismo sano. Tomarlas a diario junto a las frutas es un paso adelante en una buena alimentación que se traduce directamente en una vida más saludable.