Cómo vigilar y controlar la salud de tu próstata: de las revisiones a la actividad sexual
La próstata fabrica el fluido prostático que protege a los espermatozoides, corta el paso de la vejiga para que fluya el semen por la uretra y lo expulsa
Los especialistas reclaman que se le preste más atención principalmente a partir de los 50 años lo que posibilita la detección precoz de un cáncer
En los hombres, el cáncer de próstata es el tumor más frecuente y la segunda causa de mortalidad por detrás del cáncer de pulmón y colorrectal
La próstata es una glándula fundamental del sistema reproductor masculino, porque genera el fluido prostático que nutre y conduce a los espermatozoides formando el semen que se libera durante la eyaculación. La salud de la próstata es igual de relevante que la de otros órganos del cuerpo.
En Uppers hemos mantenido una conversación con Venancio Chantada Abal, urólogo y andrólogo, además de secretario general de la Asociación Española de Urología (AEU), para que nos explique las enfermedades o problemas a los que se expone esta glándula y cómo vigilar la próstata para anticiparnos a ellas. También nos ha aconsejado cómo cuidar la próstata ante el envejecimiento natural del hombre.
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La glándula prostática se parece a una nuez. Está justo debajo de la vejiga, delante del recto y, a su vez, rodea la parte superior de la uretra, el conducto que drena la orina de la vejiga. De este modo, junto a su función como fabricante del fluido prostático que protege a los espermatozoides, funciona como una válvula que durante el coito corta el paso de la vejiga y permite que fluya el semen por la uretra. Además, su composición muscular posibilita la expulsión del semen al exterior durante el orgasmo. Otra de las funciones de la próstata es la protección de los órganos que la rodean contra gérmenes y bacterias.
Los hombres están menos concienciados para controlar su salud
El problema al que se enfrentan los urólogos es la falta de concienciación de los hombres en cuanto al control de su salud. Venancio Chantada ejerce su profesión en un hospital de referencia de A Coruña. Detalla que hace unos años se llevó a cabo un estudio en Galicia con unas conclusiones ante las que es necesario reaccionar. “Se demostró que el 80% de las mujeres gallegas van al ginecólogo a sus revisiones anuales, sin embargo, solo el 20% de los hombres va al urólogo por molestias o porque se lo indica su esposa”, detalla Chantada.
Hay tres enfermedades a las que se expone la próstata: la prostatitis o la inflamación de la glándula; la hiperplasia benigna, en la que se genera un crecimiento fisiológico de la próstata que obstruye la uretra; y el cáncer. “Lo raro es que un hombre no padezca ninguna de estas enfermedades alguna vez en su vida”, adelanta Chantada.
El cáncer de próstata llega sin síntomas
Las dos primeras enfermedades cursan con síntomas, pero el cáncer no muestra ninguno, ni de inflamación ni de obstrucción, hasta que ya está muy avanzado. “Aquí está el problema”, reclama el urólogo. “Por eso es tan importante que a partir de los 50 años todos los hombres vayan a consulta y a los 45 si hay antecedentes en su familia”, recomienda.
Incluso, “el médico de cabecera puede descartar o detectar un cáncer de próstata realizando un análisis de sangre en el que se compruebe la PSA”, dice Chantada. Como aclaración, la PSA es un antígeno prostático específico, la proteína que producen las células normales, así como las células malignas de la glándula. Desde hace tiempo que estos análisis se realizan de manera rutinaria a toda la población masculina cuando se cumplen los 50 años tanto en la sanidad pública como en la privada.
El Observatorio del Cáncer de la AECC apunta que al año se diagnostican en todo el mundo casi 1,27 millones de casos nuevos de cáncer de próstata y en España más de 33.000, a lo que se añade que, el último ejercicio, fallecieron por esta causa 6.112 hombres. Chantada puntualiza que “los datos son preocupantes, el cáncer de próstata es el tumor más frecuente y la segunda causa de mortalidad por detrás del cáncer de pulmón y colorrectal en varones”.
Detalla que se debía informar de todo ello con más insistencia hasta alcanzar la notoriedad de otras campañas como las del cáncer de mama, lo que posibilitaría la detección precoz y frenaría la mortalidad. “El 100% de los casos de cáncer de próstata que se detectan a tiempo se curan. El resto se frena con tratamientos o se controlan y se vigilan hasta que es necesario operar y extirpar la próstata para eliminar la parte afectada”, asegura.
Actualmente, existe Movember, una organización internacional que tiene la finalidad de concienciar e investigar sobre el cáncer de próstata y el cáncer de testículos, además de otras afecciones que padecen los hombres. Sin embargo, “las iniciativas que realizamos dentro de Movember como dejarnos bigote o llevar una corbata verde no alcanzan la repercusión que necesitamos”, constata.
La prostatitis, una enfermedad frecuente
En cuanto a la prostatitis es la enfermedad más frecuente y puede afectar a varones a partir de los 25 años. La padecen sobre todo aquellos que son sedentarios, que no practican ejercicio y los profesionales que pasan muchas horas sentados al volante o en una silla sin moverse. Chantada explica que “se trata de una inflamación sin gravedad pero que genera molestias o dolor a la hora de orinar. Es una congestión prostática que si no se trata puede derivar en una prostatitis aguda bacteriana debido a que el líquido prostático se contamina con una bacteria”.
En ese caso el tratamiento es farmacológico además de movimiento y una alimentación sana. Requiere hacer una vida activa y deporte a diario. En el caso de los conductores deben parar y dar un paseo de unos minutos cada hora u hora y media. “Si se sigue llevando una vida inactiva, siempre sentado, se vuelve a producir la inflamación”, asegura. Por otro lado, la próstata tiene que ser regular en cuanto a la actividad sexual. En palabras del urólogo: “Es necesario mantener el ritmo y la periodicidad en cuanto a la producción de semen que además debe ser eyaculado”.
Hiperplasia benigna de próstata
La hiperplasia benigna de próstata genera obstrucción en la uretra lo que “impide el flujo normal de la orina, que se vuelve flojo y genera irritación y un aumento en la frecuencia”, detalla Chantada. Es muy evidente. Cuando lo normal es aguantar sin orinar por las noches, esa obstrucción implica levantarse hasta cuatro o cinco veces para ir al baño con los problemas de sueño que eso conlleva.
Para la fase inicial de la hiperplasia benigna se receta un fármaco que relaja la musculatura reduciendo la contracción, pero en ocasiones no funciona de modo que es necesario extirpar la próstata. Suele suceder cuando el paciente no puede vaciar completamente la vejiga, padece infecciones urinarias repetitivas, hay sangrado o cálculos en la vejiga.
La extirpación de la próstata
Las intervenciones para extirpar la próstata, ante un cáncer o la hiperplasia se realizan con anestesia epidural con láser a través de la uretra, siendo la forma menos invasiva, o con anestesia general por laparoscopia. “Son intervenciones quirúrgicas delicadas porque la glándula se encuentra muy próxima a estructuras como el esfínter, un músculo anillado que cierra y abre la uretra, y por tanto permite la continencia o el control de la orina. De la misma manera, en esa operación se puede ver afectada la potencia sexual”, observa el urólogo.
Por otra parte, en estas operaciones “empleamos el Sistema Quirúrgico Da Vinci, un equipo de cirugía robótica, que aporta la excelencia en los resultados ya que mejora el grado de preservación de la continencia y de la preservación de la función eréctil”, destaca. Cuando se extirpa la próstata, continúa, “interesa seguir conservando la erección, aunque no haya eyaculación de semen y además se puede seguir siendo fértil”. Los testículos son los que producen los espermatozoides y cabe la posibilidad de extraerlos para después llevar a cabo una fecundación in vitro.
Tras la cirugía, será necesario aprender a controlar la micción fortaleciendo el esfínter, pero se habrá podido solventar la hiperplasia benigna o el cáncer.
Los consejos del urólogo
Venancio Chantada insiste en que llevar una vida saludable se extrapola a todos los órganos del cuerpo. “Una dieta mediterránea rica en verduras y baja en grasas reduce el riesgo de cáncer, al igual que el deporte y el ejercicio diario evita la prostatitis porque aumenta el riego sanguíneo y favorece la oxigenación de todo el cuerpo incluyendo la oxigenación de la glándula prostática”, aconseja el urólogo.
El sedentarismo produce contracción y falta de riego. Del mismo modo que “es necesario y saludable para la próstata mantener la actividad sexual. Al contrario, el semen acumulado se oxida congestionando los tejidos”, subraya.
Síntomas para ir al médico
Para concluir, Venancio Chantada enumera los síntomas a los que hay que prestar atención y acudir al médico de cabecera o al urólogo como “dolor o rigidez en la parte baja de la espalda, las caderas o en la parte superior de los muslos; dificultades para orinar; debilidad en el flujo de la orina o interrumpido; aumento de la periodicidad de la micción; sensación de que no se vacía completamente la vejiga; o sangre en la orina o en el semen”.