Quiero ser donante de órganos: trámites y requisitos para que se cumpla tu voluntad
Un simple donante puede ayudar a salvar a muchas vidas, descubre lo sencillo que es ser donante de órganos
¿Sabías que España es el país con mayor número de donaciones de órganos del mundo? Pues sí, se podría decir que vivimos en uno de los países más generosos del planeta. Gracias a las donaciones de órganos, cada año se salvan miles de vidas. Con un simple gesto, sacarte la Tarjeta de Donante o dejando constancia a tu familia de tus deseos, puedes ayudar a personas en situaciones delicadas o complicadas. ¿Quieres saber cómo hacerte donante de órganos o qué requisitos se necesitan para ello?
La donación de órganos es un gesto totalmente altruista y generoso por parte de la población. La solidaridad de las personas ha hecho que se puedan realizar trasplantes de urgencia que han permitido salvar miles de vidas. Sin ir más lejos, el 29 de noviembre de 2019, hace poco más de tres meses, España consiguió 19 donaciones en menos de 24 horas. Todo un hito. Gracias a esas donaciones, se pudieron realizar 38 trasplantes distintos, uno de ellos en un niño que necesitaba un corazón.
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¿Qué necesito para ser donante?
Lo primero, aunque tampoco es del todo necesario, es sacarse la Tarjeta de Donante. Con este documento se plasma tu deseo de que tus órganos sean donados una vez mueras. Tienes que tener en cuenta que esta tarjeta no tiene valor legal, por lo que debes comunicar a tus familiares tu deseo de ser donante. De esta forma, tras el fallecimiento, ellos podrán autorizar la extracción de los órganos para que sean donados. Por eso mismo, muchas personas sin la tarjeta tras fallecer han podido donar sus órganos sin problemas.
Por lo demás, cualquier persona puede ser donante de órganos vitales, aunque con la donación también se pueden obtener tejidos muy necesarios, como los de las córneas o las válvulas cardíacas. De todas formas, será un equipo médico el que, tras el fallecimiento, decida si esa persona puede donar sus órganos o no a otros pacientes, ya que es necesario que esté sano, además de que no exista ninguna enfermedad trasmisible que pudiese empeorar la salud del receptor. Pero por lo general, ni la edad, el sexo, la raza o la condición social descarta a ningún donante.
Hay que saber que un donante no salva solo una vida. Una persona totalmente sana, que pueda donar todos sus órganos, puede ayudar a más de una persona. Los riñones, el hígado, el corazón, los pulmones, el páncreas, el estómago y el intestino son los que pueden ser donados, hasta siete vidas se pueden salvar con una sola donación.
Las donaciones en vida
Además de donar tus órganos tras la muerte, también se puede ser donante de algunos de ellos mientras se está vivo. Seguro que lo habrás visto en alguna película. La mayoría de estos casos se producen entre familiares o personas muy allegadas al receptor del órgano. Eso sí, la lista de estos es más reducida, pues el cuerpo del donante debe seguir funcionando sin problemas. Se podrá hacer una donación de un riñón, parte del hígado, del páncreas o del intestino, o de la médula ósea, por ejemplo.
En estos casos, es importante recalcar que la persona donante debe ser mayor de edad, tener buena salud y estar en plenas facultades mentales. Se debe saber que al igual que cuando la donación proviene de una persona fallecida, este gesto también es altruista y voluntario. De todas formas, el equipo médico, antes que nada, tendrá que analizar y confirmar que el receptor y el donante son compatibles y que no se pone en peligro la vida de este.
Recuerda que aunque poseas una Tarjeta de Donante, debes dejar constancia a tus familiares de tus deseos de donar los órganos una vez fallecido, pues si ellos no dan el visto bueno, no se podrá hacer. Y si tú aún estás pensado en si hacerlo o no, piensa en la cantidad de vidas que una simple decisión solidaria puede salvar. Porque una sola donación puede ayudar a mucha gente.