La ola de calor que azota tu localidad te ha empujado a irte de cabeza a la piscina. Extiendes tu toalla y te aplicas tus cremas. Pasan las horas. Debes de haberte quedado frito y un picor es el que te ha despertado. Es la primera advertencia que da tu piel, pero tú sigues sin enterarte. Ahora la epidermis está que arde, enrojecida, deshidratada. Que conste que tu cuerpo ha puesto en marcha un mecanismo de defensa para protegerte de los malvados rayos ultravioleta (UV) B. El problema es que tú no le has hecho ni caso. ¿Cómo debes actuar ahora que ya te has quemados? Nuestro experto, José Manuel López Nicolás, Catedrático de Bioquímica y Biología Molecular y Vicerrector de Transferencia y Divulgación Científica de la Universidad de Murcia, te cuenta 10 consejos en el vídeo.
Entre los principales problemas de salud relacionados con la sobreexposición a la radiación UV se encuentran: el melanoma, la forma de cáncer de piel más grave; el cáncer de piel no melanoma, que son menos letales; el envejecimiento prematuro de la piel; cataratas y otros daños en los ojos; y supresión del sistema inmunológico del cuerpo y las defensas naturales de la piel. Tomar las precauciones necesarias no hará sino reducir los riesgos de padecer alguno de estos problemas y ayudarte a disfrutar del sol.