Luchar contra el coronavirus: una empresa española crea la mampara que puede salvar del contagio
Faberplast, una firma madrileña de plásticos y metacrilato, se reinventa fabricando una mampara que protege del covid-19 en farmacias y otros establecimientos
Las crisis pueden alumbrar grandes oportunidades o acelerar cambios necesarios para el crecimiento de las personas y de las organizaciones. Pero a veces no todos están preparados para asumir nuevos escenarios. En esa tesitura, muchas empresas desaparecen y solo algunas son capaces de adaptarse. La crisis, hoy, tiene el nombre de coronavirus y las compañías que intentan superarlo corren distinta suerte.
Una de las empresas que está adaptándose y respondiendo a la crisis es Faberplast. Nacida en 1962 como un pequeño taller de rotulación, Faberplast es un referente entre los productos de metacrilato y otros plásticos. En sus primeros años se dedicó a la decoración, una actividad que todavía mantiene, y en la actualidad se encarga de diseñar y producir a medida premios, trofeos, expositores y todo tipo de displays.
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Inmersos en la cuarentena y con una importante parada en su producción, sus responsables se han adaptado en un tiempo récord a las nuevas demandas del negocio. Ya no hay premios que entregar, pero sí personas que proteger. Y ahí es donde tienen su momento-eureka: crear unas mamparas de metacrilato que puedan funcionar de barrera para evitar contagios en profesiones en las que, forzosamente, hay que estar cara al público.
Mamparas anti-contagio
"Hace un par de semanas recibimos una llamada de una farmacia contándonos que en Italia estos establecimientos estaban poniendo una mampara de un material transparente para proteger al cliente y a los profesionales", explica Teresa Martínez, directora comercial de la firma. La compañía comprendió en seguida que podía ser la primera en ofrecer el producto, algo providencial en un momento de producción crítico. "En estos momentos, los encargos de la actividad normal se han reducido entre un 80 y un 90% y existía el peligro de que tuviéramos que parar. Ahora estamos haciendo muchas mamparas, la disponibilidad es inmediata, aunque es probable que tengamos problemas con los fabricantes porque pueden no dar abasto", señala la directiva.
El metacrilato es un plástico derivado del petróleo de gran resistencia. El coste de producción de las mamparas depende del volumen del pedido y de la superficie de la propia mampara. Si se compran por unidad, los precios oscilan entre los 85 y los 95 euros. Empresas del sector trabajan con PVC, otro plástico del petróleo más barato y menos resistente. Hasta el momento, las mamparas de metacrilato se han destinado a farmacias y supermercados, aunque para los responsables de Faberplast también pueden ser útiles en espacios de oficina.
Cuarentena en negativo
"Estamos en conversaciones con el Banco Santander porque está interesado en poner mamparas en los pools donde trabajan sus empleados", afirma José Carlos Bermejo, gerente de Faberplast. El directivo ha sido el artífice de que toda la compañía haya reaccionado con rapidez en un momento de incertidumbre económica.
"Somos una empresa pequeña y estábamos viendo que la actividad descendía por días. Ahora no estamos al cien por cien, pero al menos estamos fabricando", explica. Bermejo aún no pude valorar el impacto de la crisis del coronavirus en su negocio: "nos va a perjudicar, sin duda, pero no podría decir cuánto. No sé si tendremos que hacer un Expediente de Regulación Temporal de Empleo. Sabemos que las medidas de confinamiento van para largo. Son tiempos confusos".
El virus pasa, pero el miedo permanece
Ninguno de los dos directivos se atreve a afirmar cuál será el impacto real de la crisis del coronavirus. "Cuando volvamos a la normalidad estamos seguros de la gente será mucho más prudente y que la percepción de la propia sociedad habrá cambiado", advierte José Carlos Bermejo. "Nos va a llevar tiempo que todo vuelva a ser como antes", subraya. Respecto a su propio sector, el escenario también es incierto. "En las crisis siempre hay personas o entidades que salen beneficiadas. En nuestro campo, aún está por ver, pero conozco empresas que ya han tenido que cerrar", señala Teresa Martínez.
Pese a la incertidumbre, ambos directivos están orgullosos por el servicio que prestan a la sociedad con la creación de sus mamparas. “Nos enorgullece saber que estamos ayudando a paliar una realidad dolorosa”, afirma Martínez. La directiva admite que la producción de mamparas puede tener los días contados, pero si algo le ha enseñado esta experiencia es que cualquier momento es bueno para reinventarse.