Las personas mayores son, junto con los enfermos crónicos y las personas inmunodeprimidas, uno de los grupos más vulnerables al contagio del COVID-19. De las 48 personas fallecidas con coronavirus en España en el momento de escribir este artículo, el perfil predominante es el de la persona mayor de 80 años con patologías previas. Los centros de día y las residencias de mayores, donde estos se congregan, ya han extremado sus precauciones siguiendo las recomendaciones específicas del Ministerio de Sanidad. Y el ojo y la conversación tras el cierre oficial de colegios en Madrid, Vitoria, Labastida y La Rioja se ha puesto en parte, y de manera inevitable, sobre lo que ocurre con aquellos abuelos cuidadores que a menudo se hacen cargo de los nietos cuando sus hijos trabajan; sosteniendo así el funcionamiento del sistema y poniendo de relieve que, como escribe certera la periodista Noemí López Trujillo en Newtral, "hay un conflicto evidente entre el trabajo y los cuidados".
Pero, ¿qué ocurre con aquellas personas mayores de nuestro entorno que, siguiendo estas recomendaciones y protocolos anti contagios, se quedan solas (y aisladas) en casa? En España son más de dos millones de personas mayores de 65 los que se encuentran en esta situación, en datos del INE. ¿Cómo ayudarles y cómo hacerlo de manera responsable evitando exponerles al riesgo?
Lo primero a tener en cuenta, según señala a Uppers el geriatra y gerontólogo José Antonio López Trigo, es que a todas las medidas propuestas a continuación se incorporen las precauciones de higiene y anti contagio que ya se están tomando con el resto de la población. A partir de aquí, algunas ideas para ayudar a los vecinos o personas de nuestro barrio que sabemos que viven solos, o en pareja, y que no disponen de una red de cuidadores (familia, amigos) cercana:
1.¿Necesita algún medicamento? "Evitar que vayan a la farmacia y llevarles los medicamentos es importante. También lo es que lo hagamos -de igual manera que con el resto de medidas de ayuda- solo si nosotros no tenemos sintomatología o hemos estado expuestos a un foco potencial de riesgo".
2.Pregúntale a diario cómo se encuentra. "Comprobar regularmente que estos mayores que viven en soledad están bien y no presentan sintomatología. En esa misma llamada podemos preguntar si está comiendo y bebiendo bien. Es importante animarlos a beber una cantidad suficiente de líquido".
3.Facilitarles la compra y la llegada de alimentos frescos. "Sin perder de vista las precauciones de higiene y distancia para evitar contagios, es clave preocuparnos de que les lleguen a casa alimentos frescos como fruta y verduras, que no son precisamente los que más consumen los mayores. Siguiendo con esa actitud precavida, podemos incluso prepararles algo de comida y llevársela".
4. "Si la persona presenta síntomas compatibles con el COVID-19 y tiene además algún tipo de dificultad comunicativa -o simplemente le resulta más costoso-, podemos encargarnos nosotros de llamar a los servicios sanitarios por ellos. Y especificar que se trata del caso de una persona mayor que vive sola".
5.Advertir y proteger ante potenciales timos "Por desgracia, el riesgo de timos, engaños y abusos en estos casos de crisis se acentúa una vez más frente a los más vulnerables. Debemos advertir a estas personas mayores que si llama alguien desconocido a la puerta no abran, que no va a ir nadie a su casa a desinfectarla -discurso con el que algunos se aprovechan del miedo para acometer robos o engaños- y que, ante la duda, cuenten siempre con un vecino de confianza".
"Todo esto no debería ser ni más ni menos que lo que hiciéramos cotidianamente, recuperando ese espíritu vecinal y la red social de apoyo que se pierde por momentos", recuerda a Uppers Valores que en tiempos de individualismo y hermetismo en los rellanos, en los que además de aumentar el número de personas que viven solas, lo hace también el de aquellas que acusan esa sensación de soledad que en los últimos años se ha posicionado como una urgencia y un problema de salud pública que se acelera exponencialmente en edades avanzadas, se subrayan como necesarios -no solo en tiempos de alerta sanitaria-.
En Twitter algunas usuarias ya han dejado constancia de varias iniciativas que demuestran cómo estos días crecen la solidaridad vecinal y esa conciencia por los cuidados. "He ido a preguntarle a mi vecina si necesitaba algo. Es mayor y vive sola", escribía la periodista María Pérez Laya con un tuit que se ha hecho viral. "Me ha contado que ha llamado a la charcutería del barrio para hacer un pedido y ya se lo han llevado. Ha acabado diciéndome que todo lo suyo es mío, que si necesito algo". Y proseguía con un hilo resumiendo su conversación con la vecina Encarna y haciendo un llamamiento: "Sería genial que gracias a ella pensarais si hay alguien mayor y solo en vuestro edificio y llamarais a su puerta. Guardando la distancia, por supuesto, no les llevemos el maldito virus. Que rule el #PreguntaATuVecino".