Desde que el 27 de diciembre arrancara en España la vacunación contra la Covid-19 de la mano de la fórmula de Pfizer y BioNTech, la carrera avanza. El ministro de Sanidad, Salvador Illa, ha anunciado este 7 de enero que en nuestro país recibiremos las 600.000 primeras dosis de la vacuna de Moderna dentro de entre seis y 10 semanas. "Es una noticia muy positiva", decía tras conocerse su aprobación por parte de la Agencia Europea del Medicamento y la posterior autorización para ser comercializada por la Comisión Europea.
Llegados a este punto y con las dos vacunas a punto de convivir en nuestro sistema sanitario, es lógico que asalten dudas: ¿Qué diferencia hay entre ponerme una u otra? ¿Son igual de efectivas? ¿Cuál puede ocasionar más efectos secundarios? ¿Hay alguna más recomendable que otra si tengo alguna patología o consumo medicamentos como el Sintrom? Te ayudamos a despejarlas.
A diferencia de la de Oxford, estas dos primera vacunas cuentan con una tecnología similar, basada en ambos casos en el ARN mensajero, que hace que su efecto se de en un porcentaje de escasa diferencia en ambos casos. La de Moderna es efectiva en un 94,1% de los casos, en base a un ensayo realizado a 30.000 personas. Y la de Pfizer y BioNTech, en un 95% tras probarla con 41.000 participantes.
Según las conclusiones extraídas de tras el análisis de la viabilidad de la vacuna de Moderna que en paralelo está teniendo lugar en Estados Unidos, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA por sus siglas en inglés) ha determinado que la variación en los hallazgos puede reflejar e "una escasez de datos más que diferencias genuinas", recoge The New York Times.
No obstante, "Moderna dio más evidencia de que su vacuna puede prevenir enfermedades graves. De 30 voluntarios que desarrollaron casos graves de la COVID-19, todos habían recibido el placebo, no la vacuna", apuntan. En el caso de Pfizer-BioNTech "se registraron diez casos graves en el grupo del placebo y uno en el grupo vacunado. Esas cifras son demasiado pequeñas para medir la capacidad de la vacuna para prevenir enfermedades graves", señala el medio a través de las conclusiones del documento.
En ambos casos es necesario recibir una doble dosis para que el tratamiento sea efectivo. Es decir, vacunarse dos veces.
Una segunda diferencia detectada tras el análisis de la FDA fue es que la vacuna de Pfizer-BioNTech empieza a hacer efectiva su protección contra el coronavirus en los 10 días siguientes a la primera dosis. En el ensayo de la de Moderna los datos no sugieren un efecto tan alto tras esa primera dosis de la vacuna.
Tras el análisis de la viabilidad de la vacuna de Moderna realizado por Administración de Alimentos y Medicamentos ya mencionado, se ha determinado que en el caso de esta los efectos secundarios incluyen fiebre, dolor de cabeza y fatiga y que, a pesar de ser desagradables, no hay indicios de que sean peligrosos. "En comparación con la vacuna Pfizer-BioNTech, la de Moderna tenía más probabilidades de causar dolores de cabeza, dolor en los brazos y efectos secundarios relacionados", ha dicho Barry R. Bloom, profesor de salud pública en Harvard, a The New York Times. Asegurando que, no obstante, ambos resultados de Moderna y Pfizer son "extraordinariamente comparables".
Según apunta Bloom a la misma publicación en función de los datos obtenidos tras el ensayo de Moderna, esta podría ser un poco menos eficaz en personas de 65 años o más que la de Pfizer-BioNTech. "Pero es difícil de determinar", y apela como decíamos anteriormente a la escasez y diferencia entre los datos obtenidos más que a "diferencias genuinas".
El hándicap en la distribución de la vacuna de Pfizer-BioNTech ha sido la distribución. Por su necesidad de mantenerse a una temperatura de -70ºC, su almacenamiento, transporte y distribución han sido más complejas. La ventaja de la vacuna de Moderna, que llegará en cuestión de mes y medio a España es que facilita la tarea logística: se conserva a -20ºC y puede aguantar cerca de 30 días en frigorífico. Esto, previsiblemente, hará más factible su traslado y distribución a zonas peor comunicadas.
Con la vacuna de Moderna aún sin llegar a nuestro país es difícil determinar cómo se plantea la distribución. Lo que ha dejado asegurado el ministro Illa es que ambas estarán en activo y, previsiblemente, sean las comunidades autónomas atendiendo a cuestiones logísiticas las que determinen la aplicación de una u otra en diferentes centros. "Vamos a ir adquiriendo velocidad de crucero. Ahora vamos a recibir nuevas dosis de la vacuna de Pfizer, vamos a empezar a suministrar la vacuna de Moderna y hay otras que están en revisión por parte de la Agencia Europea del Medicamento, por lo que creemos que en verano podremos alcanzar la muy relevante cifra del 70% de la población vacunada", recoge El País en palabras de Illa.
Ya te lo explicábamos aquí, con un artículo de la periodista Marta Legasa: como ocurre con cualquier medicamento, las vacunas no tendrán un riesgo cero ni serán adecuadas para todo el mundo. Debe ser siempre el profesional sanitario quien valore si el riesgo de contagio es más perjudicial que los posibles efectos adversos de la vacuna.
El uso de ambas vacunas no se recomienda, de momento, ni en menores de 16 años, ni en personas inmunodeprimidas, ni en embarazadas o lactantes, ni en pacientes con patologías cardiovasculares o trastornos de coagulación o que o reciban algún tratamiento anticoagulante, como el caso del acenocumarol o Sintrom, la warfarina, o los NACOs".