No se trata de uno de los efectos más graves del Covid, pero sí uno de los que causan más impacto. Quedarse con varios mechones de pelo en la mano es, cuanto menos, alarmante. Muchos pacientes de coronavirus están afectados por esta caída masiva de cabello, conocida como efluvio telógeno, una alteración del ciclo del crecimiento del pelo. La buena noticia es que es reversible.
Un estudio liderado por el doctor Óscar Muñoz, dermatólogo del Grupo de Tricología del Hospital Ramón y Cajal, ha evaluado 200 casos en los que se ha producido un efluvio telógeno entre el tercer y cuarto mes después de haber sufrido la infección COVID-19. "Lo que hemos observado es que esta abundante caída de pelo se ha producido sobre todo en aquellas personas que han tenido fiebre a causa de la infección por SARS-CoV-2".
La alteración del ciclo capilar sucede cuando un daño específico interrumpe su crecimiento. La caída no es inmediata, sino que sucede entre dos y cuatro meses después de la alteración del ciclo. Las agresiones que pueden desencadenar un efluvio telógeno son las infecciones; entre ellas; la infección por coronavirus; las cirugías; eventos traumáticos o estresantes, ya sean físicos o emocionales; los embarazos y partos o los déficits vitamínicos.
A veces la causa no se puede identificar claramente, aunque en estos meses la crisis de la pandemia juega en contra de nuestro cabello. "El estrés generado por el confinamiento ha sido una causa muy importante de la caída del pelo que ha provocado que los tejidos en general sufran daño vascular y más concretamente el folículo piloso. Ese daño vascular afecta a la microcirculación, que se ve comprometida, e impide que llegue el riego y el alimento al folículo piloso", explica el doctor Antonio Ortega, dermatólogo de la Clínica Menorca. "Con la Covid se produce coagulación intravascular diseminada, se dañan los pequeños vasos capilares que son los que nutren el folículo piloso y hay que averiguar qué está fallando en cada paciente para darle el tratamiento adecuado”, afirma este profesional.
Lo más evidente en un efluvio telógeno es una caída muy abundante del cabello. Se encuentran mechones de pelo en la ducha o en el cepillo del pelo constantemente. A veces también nos tocamos el cabello y nos quedamos con pelo en la mano. El efluvio telógeno puede producir cierta pérdida de densidad, especialmente en las entradas.
Sin embargo, esta caída no conduce a una alopecia o calvicie, aunque es importante descartar que al mismo tiempo existe una alopecia androgénica que sí conduciría a una pérdida importante de cabello. Por esta razón es necesario realizar un estudio tricológico, con tricoscopia y una analítica sanguínea completa para detectar si hay niveles bajos de oligoelementos o vitaminas.
El efluvio telógeno agudo desaparece por sí solo cuando se elimina la causa principal que lo produce. Por eso, los tratamientos en este tipo afecciones son únicos para cada paciente. "El tratamiento es totalmente personalizado y va en función de las necesidades de cada persona. Consisten en la asociación de distintas herramientas terapéuticas que ya hay en el mercado, algunas son muy antiguas y otras no tanto", afirma el doctor Ortega.
En un mercado cosmético saturado de complejos vitamínicos, ¿son realmente efectivos para los problemas capilares? "En lo que se refiere a las vitaminas y los complejos vitamínicos, no hay ninguna vitamina en concreto que le vaya bien a todo el mundo de manera generalizada", asegura Antonio Ortega. "Mediante análisis de sangre hay que averiguar las carencias de cada uno", explica este facultativo para quien "en todo caso, van bien los complejos vitamínicos".
Con el tratamiento adecuado, la caída se frenará progresivamente, notando cada vez menos pérdida de pelo y comenzará una fase de recrecimiento. Todo el proceso es muy lento y puede durar de tres a seis meses, a veces incluso un año. En algunas ocasiones, el efluvio telógeno puede ser crónico y prolongarse en el tiempo.
"Durante la pandemia no ha salido ningún tratamiento nuevo. Los laboratorios constantemente lanzan champús o cremas revitalizantes pero en lo que se refiere a tratamientos dermatológicos no hay nada novedoso ni rompedor, todavía no ha llegado la panacea", afirma este dermatólogo. Hasta ese momento, el descubrimiento de la "panacea", estos son los tratamientos más eficaces:
Las inyecciones de plasma rico en plaquetas son uno de los tratamientos de medicina regenerativa más eficaces para fortalecer el cabello. La bioestimulación que produce en el cuero cabelludo acelera el proceso de crecimiento del cabello. El tratamiento es indoloro y consiste en inyectar en los folículos pilosos plasma rico en plaquetas obtenido de una sencilla extracción de sangre del propio paciente. Su aplicación sobre el tejido propicia la formación de colágeno y la aparición de nuevos vasos sanguíneos, imprescindibles para estimular el crecimiento de cabello nuevo.
El injerto capilar consiste en realizar un trasplante de cabello del propio paciente: se extrae pelo de una zona sana del cuero cabelludo para implantarlo en aquellas áreas que han quedado despobladas de pelo y que queremos recuperar. Los resultados son muy naturales, casi imposible diferenciar un cabello original de uno trasplantado. Sin dolor, sin largos procesos postoperatorios y sin molestias. El pelo, una vez trasplantado en la zona afectada por la calvicie, tendrá un crecimiento definitivo e idéntico al cabello de las zonas no trasplantadas.