Envejecer es parte del proceso natural de la vida y las personas que llegan a edad avanzada deben de sentirse orgullosos de los años que han vivido, pero el paso de los años también deja secuelas físicas y mentales, ya que con el paso del tiempo el cerebro sufre una degeneración. Por lo que es importante realizar ejercicio aeróbico ya que este previene el envejecimiento cerebral.
Una nueva investigación de la Universidad de Columbia (EEUU) concluye que determinadas actividades físicas recreativas o de ocio, actividades ocupacionales, tareas domésticas, juegos, deportes o ejercicios programados, como caminar, cultivar un huerto, nadar o bailar, entre otros, producen un mayor volumen cerebral y combaten los efectos del envejecimiento en el cerebro. Los resultados indican que el efecto del ejercicio físico equivale a cuatro años menos de envejecimiento cerebral.
Realizar ejercicio es clave a todas las edades y sus beneficios son muchos, pero no solo ayuda a la parte física sino también a la parte mental, por lo que es fundamental que las personas mayores realicen actividad física.
Otro estudio realizado por el Instituto Beckham de la Universidad de Illinois, encabezado por el profesor Art Kramer, señala que seis meses de ejercicio aeróbico pueden revertir el declive relacionado con el envejecimiento, de manera que los cerebros de los adultos mayores conserven la capacidad de crecer y desarrollarse.
Kramer afirma que hay evidencia sustancial que muestra los beneficios del ejercicio aeróbico y la actividad física sobre funciones como la coordinación de tareas, la planificación, la memoria de trabajo y la capacidad de cambiar de tarea.
Por otro lado, una investigación llevada a cabo por científicos de la Universidad de Calgary (Canadá), publicada en la revista ‘Neurology’, presenta que realizar seis meses de ejercicio aeróbico puede mejorar la salud cerebral de personas mayores sedentarias. Estos expertos analizaron a 206 adultos, a quienes durante seis meses les incluyeron en un programa de ejercicio aeróbico cuatro días a la semana durante 10 minutos, o dos días durante 20 minutos.
El estudio concluyó que el ejercicio aeróbico hace que la sangre se mueva y, por tanto, llegue al cerebro, favoreciendo así la fluidez verbal y las habilidades cognitivas. Tal es así que, tras seis meses de entrenamiento, los participantes mejoraron un 5,7 por ciento en las pruebas de función cognitiva y un 2,4 por ciento en la fluidez verbal, entre otras cosas.
Del mismo modo, hay estudios que concluyen que los adultos con mayores niveles de aptitud física presentan menos muestras de deterioro en la materia gris (que tiene que ver con el pensamiento) que aquellos menos físicamente aptos.
Otro ejemplo de cómo el deporte ayuda a mejorar la actividad cerebral es el trabajo conjunto de las universidades de Western Sidney (Australia) y Manchester (Reino Unido) publicado la revista 'NeuroImage'. Este estudio se ha centrado en evaluar los efectos del ejercicio aeróbico concretamente en la región del hipocampo. Esta región es clave para la memoria y otras funciones cerebrales.
Se analizó mediante escáneres cerebrales a 737 personas antes y después de someterse a un programa de ejercicio aeróbico controlado, que incluyó bicicleta estática, marcha y carrera en cinta. Lo que ha revelado este estudio clínico es más que interesante: el hipocampo aumenta de tamaño. Sin embargo, lo peculiar del ensayo es que ha demostrado que en lugar de aumentar el tamaño del hipocampo per se, los principales beneficios cerebrales se deben a que el ejercicio aeróbico ralentiza la disminución de su tamaño.
Lo que es innegable es que todos estos estudios coinciden en una cosa: la actividad física proporciona un enorme beneficio para nuestro desarrollo cerebral y por tanto, es un fuente de calidad de vida que está al alcance de todos.
El ejercicio y la actividad física benefician a casi todas las personas, incluidos a los adultos mayores. Hay cuatro tipos principales y cada uno es diferente. Practicar todos ellos le entregará más beneficios:
Lo más recomendado es realizarlos 3 veces por semana, durante un tiempo variable de entre 20 y 30 minutos por sesión. Esto quiere decir que en una sesión se pueden realizar ejercicios aeróbicos en 3 periodos de 10 minutos cada uno, o simplemente un ejercicio completo por 30 minutos.
La intensidad debe ser la necesaria para elevar la frecuencia cardiaca (la cantidad de latidos por minuto) por encima del 60-70% de la frecuencia normal. Sin embargo, si apenas se está comenzando a realizar ejercicios aeróbicos, es posible elevar la frecuencia menor a dicho porcentaje.
Todo dependerá del nivel de actividad física que posea la persona y cuanto puede resistir. Hay que recordar que los ejercicios se aumentan en intensidad de forma paulatina, por lo que está bien no exigirle demasiado al cuerpo en un inicio.