La salud bucodental es fundamental para sentirnos bien con nosotros mismos. Más allá del rechazo que puede provocar una dentadura sucia y amarillenta, los problemas de la boca son unos de los más incómodos y molestos que podemos sufrir, por lo que no podemos dejar de lado la higiene dental. No obstante, a la hora de cuidar de nuestros dientes solemos incurrir en una serie de errores que pueden tener resultados perjudiciales para nuestra boca.
Uno de ellos es abusar del flúor, un producto muy recomendado por los dentistas para mantener nuestra boca libre de gérmenes y caries y que, sin embargo, puede llegar a producir una alteración en el esmalte de nuestros dientes cuando lo usamos en exceso. Conocida como fluorosis dental, esta patología afecta principalmente a los niños de entre seis y ocho años y suele pasar desapercibida a los ojos no entrenados, tal y como nos explica Ana Cabeza Martínez, odontóloga y miembro de Doctoralia con la que hemos contactado para que nos dé las claves sobre esta anomalía.
El fluoruro es un mineral que refuerza el esmalte y que ayuda a revertir los signos tempranos de caries. No obstante, en las edades en las que los dientes finales aún se están formando, una ingesta excesiva de fluoruro puede dar lugar a la fluorosis dental. “La fluorosis leve aparece como marcas blancas en el diente”, explica la doctora Cabeza, quien señala que esta anomalía no afecta a la función del diente ni causa dolor.
Normalmente, esta patología suele tener efectos leves en nuestra boca. Sin embargo, en los casos de gravedad, la fluorosis puede provocar que aparezcan manchas marrones en nuestros dientes y picaduras en el empaste.
La salud bucodental suele ser uno de los temas más olvidados y que más complicaciones les dan a los pequeños de la casa, ya sea por olvido, pereza o por un mal cepillado de dientes. Por ello, es importante que nosotros mismos realicemos el cepillado dental de nuestros hijos hasta que cumplan los ocho años, según señala la doctora Cabeza. “A partir de ahí, hay que supervisarlo hasta la adolescencia”, añade.
A la hora de cepillar los dientes de nuestros hijos, es importante que tengamos en cuenta su edad, pues determinará cuál es la cantidad de flúor que deberemos utilizar para no causar problemas de fluorosis. En el caso de los menores de tres años, es preferible utilizar un poco de pasta dental con flúor dos veces al día, mientras que a partir de esta edad se deberá usar una cantidad de flúor “del tamaño de un guisante” y tras las comidas.
Después del cepillado, se debe escupir la pasta para evitar ingerirla, “pero no enjuagarse con agua para conseguir un mayor efecto del flúor sobre el diente”, apunta la doctora. Además, recomienda que utilicemos dentífricos infantiles acordes a la edad de nuestro hijo y, a ser posible, que los adquiramos en una farmacia.
Los niños que mantengan una dieta típica y equilibrada y utilice productos dentales con flúor de forma correcta recibirán el fluoruro que necesitan para mantener sus dientes sanos. “No es necesario controlar el consumo de agua y alimentos”, explica la doctora, “ya que su hijo ingiere bajos niveles de fluoruro de estas fuentes”.
Para controlar la higiene bucal de nuestro hijo, es imprescindible que acudamos al dentista para poder detectar posibles problemas. A partir de los tres años, ya podemos llevar a nuestro hijo, y es recomendable que las revisiones se hagan cada seis meses.