Gingivitis: causas y síntomas de la enfermedad de las encías
La placa se compone de residuos de alimentos, mucosidad y bacterias. Si no se retira se convierte en sarro
Una falta de higiene y la sequedad, entre otras casusas, genera la inflación de las encías
El irrigador de agua es el mejor sistema junto al cepillado para mantener una boca saludable
¿Tienes las encías inflamadas y te duelen si las tocas? ¿Sangras tras cepillarte los dientes? Tal vez podrías tener gingivitis. Para conocer en profundidad qué es la gingivitis y cuáles son los síntomas de la gingivitis en Uppers hemos recurrido a María José García, médico estomatólogo y miembro del Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Madrid y del Colegio Oficial de Odontólogos y Estomatólogos de la I Región.
La gingivitis es una enfermedad periodontal, que afecta a los tejidos que soportan los dientes, como las encías, los ligamentos periodontales y el hueso alveolar. Actúa infectando e inflamando estos tejidos. “Principalmente, la causa es la acumulación de placa bacteriana y de sarro que se producen cuando la higiene bucal es insuficiente o inadecuada”, apunta la estomatóloga María José García.
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La placa se compone de los residuos de los alimentos, la mucosidad y las bacterias que se acumulan en los dientes y que si no se retira se convierte en sarro. Este alcanza una consistencia dura y queda en la base de los dientes de forma que las bacterias que contiene provocan la inflamación de las encías.
Síntomas de la gingivitis
Los síntomas de la gingivitis son “la inflamación de las encías, que además pierden su tono rosado habitual y se vuelven de un color rojo o se oscurecen, el sangrado durante el cepillado y el dolor al tacto”, describe la estomatóloga.
Causas de la gingivitis
La causa de la gingivitis normalmente es la falta de higiene o que sea inadecuada pero algunos tratamientos farmacológicos, la diabetes, el tabaco o el estrés igualmente provocan esta enfermedad periodontal.
En el caso concreto del tabaco, adelanta María José García, “el humo y el aire caliente resecan las encías de la misma forma que sucede con el estrés. Esta sequedad es la causante de la inflamación de las encías”. En cuanto a los tratamientos farmacológicos, “la quimioterapia o la radioterapia reducen la secreción de saliva”, dice la doctora. Y ciertos medicamentos para tratar la epilepsia también exponen al paciente a la gingivitis: “Las hidantoínas generan un tipo de inflamación permanente y un crecimiento anormal de las encías con la consiguiente acumulación de placa bacteriana que requiere un control muy exhaustivo”, constata.
Por su parte, los diabéticos deben extremar su higiene y control bucal porque su saliva al igual que su sangre contiene más azúcar de lo normal. Maria José García añade que, “aumenta la aparición de bacterias como cuando quedan restos de la boca por la falta de cepillado”.
Además, este último año, algunas personas están sufriendo gingivitis “debido al uso de la mascarilla al no permitir la renovación constante del aire que se respira”, incide.
Cualquiera que sea la causa, es indispensable controlar la placa y la higiene, y “ante la sequedad, mantener la humedad de la boca, respirando por la nariz y bebiendo agua cada poco tiempo. En casos extremos se podrían recetar medicamentos productores de saliva para prevenir”, subraya.
Lo principal es actuar cuando los síntomas aparecen y acudir al profesional sanitario, quien controlará la enfermedad sin más problemas. En caso contrario, avisa la estomatóloga, “incluso es posible que se agrave la situación hasta el punto de provocar una migración de las bacterias de la boca a áreas del cuerpo donde nunca debían haber llegado”. Uno de los casos más complicados, que pone la doctora como ejemplo, es la endocarditis bacteriana. “Es una afección del corazón debido a la inflamación del revestimiento interior de las válvulas y cámaras cardiacas que forman el endocardio”, define.
El tratamiento de la gingivitis
El tratamiento de una gingivitis que no se ha complicado suele consistir en la retirada de la placa bacteriana o el sarro por parte del profesional sanitario para rebajar la inflamación. Por supuesto, es imprescindible aumentar la higiene bucal con un cepillado tras las comidas y el uso de seda o hilo dental. Aunque, María José García, es partidaria de la utilización de un irrigador de agua después del cepillo “porque abarcamos la limpieza de todos los espacios y huecos donde no podemos llegar”. Por otro lado, señala que “no es necesario emplear de forma habitual enjuagues bucales ya que pueden cambiar el pH de la saliva y además resecan la boca. En mi opinión se deben utilizar como apoyo a un tratamiento y bajo prescripción”.
Sin duda, la mejor forma de prevenir la gingivitis es realizar un control dental periódico, con la visita a la consulta del dentista una vez al año como mínimo, y una higiene diaria tras cada comida o tres veces al día, y principalmente antes de dormir.