Hipertensión: qué pasa en tu cuerpo si la padeces
La hipertensión requiere de un control diario para poder hacer un seguimiento exhaustivo de la evolución
Puede provocar enfermedades cardíacas o presentar síntomas más genéricos
La hipertensión o tensión arterial alta se produce cuando el nivel de presión arterial se eleva más de lo normal de forma continuada. Gracias a la presión arterial el ser humano vive. El corazón presiona las arterias para que conduzcan la sangre hacia todos los órganos del cuerpo. Cuando la tensión arterial supera el máximo recomendable se habla de hipertensión. ¿Quieres saber como detectarla?
Aunque diagnosticar la hipertensión es tan sencillo como medir la tensión arterial, para la seguridad del paciente es indispensable que se realice una analítica y un examen de orina, además de un electrocardiograma. Dado que puede no presentar síntomas, las personas mayores de 40 años o que tengan antecedentes familiares deben tener especial cuidado y evitar factores que favorezcan su aparición.
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¿Cómo controlar la tensión?
Para conocer los niveles de tensión arterial y tenerlos controlados es necesario utilizar un tensiómetro. Es importante seguir una serie de indicaciones. La Fundación Española del Corazón recomienda medir la presión arterial siempre a la misma hora, pues esta varía dependiendo del momento del día. Se sugiere estar lo más relajado posible antes de la medición. Por tanto, es mejor que no hayas comido, ni hecho deporte antes, incluso estaría bien que te tomarás 5 minutos de reposo antes de ponerte el tensiómetro.
Debes intentar no hablar durante la prueba, además de realizar dos mediciones separadas por solo unos minutos. Así el resultado será más exacto. No debes olvidar apuntar cada día los valores de tu tensión arterial, de esta forma no solo tú llevas el control, sino también tu médico.
Los efectos de la hipertensión
Cuidarse y mantener controlada la tensión sanguínea puede ayudar a reducir sus efectos en el organismo. La hipertensión provoca que las arterias se estrechen y el riego sanguíneo sea más débil, por lo que puede haber riesgo de hemorragia cerebral y, por tanto, un posible ictus.
Precaución también en los riñones, la hipertensión puede perjudicarlos y causar una insuficiencia renal, que puede precisar de diálisis. La tensión arterial elevada puede provocar alteraciones en la visión o, en el caso de los hombres, impotencia sexual. Mucho cuidado, porque una persona hipertensa puede presentar otros síntomas más genéricos como náuseas, ansiedad o temblores musculares.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) pide prestar especial atención en estos casos a las enfermedades del corazón, puesto que el aumento de la presión arterial y un menor flujo sanguíneo puede desembocar en un infarto miocardio, una insuficiencia cardíaca o un ritmo cardíaco irregular. De ahí la importancia de llevar un control médico regular.
¿Cómo evitar o prevenir la hipertensión?
Siempre existen factores que ayudan a prevenir las enfermedades, que no quiere decir ni que las cure ni que las evite. Pero sí ayudan a mantener una mejor calidad de vida frente a la patología. Para la hipertensión, es importante reducir la cantidad de sal que se consume, además de añadir más fruta y verdura a la dieta. Es fundamental mantener una dieta equilibrada, limitando la grasas saturadas, para mantenerse en un peso adecuado. También ayuda hacer deporte, dado que reduce la presión arterial.
Si sufres hipertensión es el momento de dejar el tabaco a un lado, pues potencia el aumento de la presión arterial. Lo mismo ocurre con el alcohol, el exceso es bastante perjudicial, pero no se restringe el consumo puntual responsable. El diagnóstico de hipertensión requiere sacrificios y optar una vida más sana.