El hipogonadismo, a pesar de estar más relacionado con los varones, es una patología que puede afectar tanto a hombres como a mujeres, que se trata de que las glándulas sexuales no producen o lo hacen en poca cantidad, hormonas sexuales, que se encargan del desarrollo corporal durante la pubertad y también de aspectos sexuales a lo largo de la vida. Su importancia es clave durante toda la vida, por eso unos niveles inexistentes o prácticamente nulos de estas hormonas pueden afectar directamente a la calidad de vida de quien la sufre, especialmente en los hombres. Aún así, siempre que se detecte y se trate suele tener un buen pronóstico. ¿Quieres saber cuáles son sus síntomas o que factores pueden ser los causantes del hipogonadismo?
Los factores que provocan el hipogonadismo son variados, pero los especialistas tienden a diferenciar esta enfermedad en dos: el primario y el secundario. El primero es congénito, donde la herencia genética tiene un papel clave, así como trastornos autoinmunes o síndromes como el de Turner o el de Klinefelter. Las enfermedades renales o hepáticas también tienen un papel fundamental, ya que pueden afectar a las glándulas sexuales y, en las mujeres, la causa más frecuente es la menopausia precoz.
Algunos medicamentos pueden influir en la reducción de los niveles de hormonas sexuales, pero también algunas drogas como la marihuana o la heroína y tratamientos médicos como la radioterapia o la quimioterapia. Por su parte, las cirugías en las gónadas pueden conllevar a la desaparición de estas si existiese, por ejemplo, un tumor en los testículos o los ovarios.
Por su parte, en el hipogonadismo secundario las causas son completamente distintas, más relacionadas con el cerebro, pues si el hipotálamo no genera sus hormonas de forma correcta, las glándulas sexuales no consiguen producir los valores adecuados de testosterona en hombres y de estrógenos en mujeres. El llamado hipogonadismo masculino tardío es el más frecuente, que se suele detectar en hombres de mediana edad, aunque puede detectarse antes de los 40 años
La sintomatología es distinta dependiendo en la etapa vital en la que se produzca, ya que por ejemplo puede darse en el desarrollo fetal al retrasarse el crecimiento de los órganos sexuales. En otro orden también puede ocurrir en la pubertad, el momento de desarrollo más importante del cuerpo humano. En este periodo también se puede ver un retraso en el crecimiento de las glándulas sexuales, un crecimiento extraño del vello corporal o uno excesivo de las extremidades, tanto superiores como inferiores, respecto a las proporciones corporales.
Aún así, lo más normal es que se produzca en la edad adulta, un momento en el que muchos endocrinos definen el hipogonadismo como una enfermedad silenciosa porque muchos pacientes, en general hombres, no están diagnosticados, por lo que es imposible tratarlos. Aquí la sintomatología puede llegar a ser algo más notable, pues lo normal es un debilitamiento y reducción de la masa muscular a la que se suma la acumulación de grasa en la zona abdominal, así como una reducción del deseo sexual que en hombres también puede llevar hasta la disfunción eréctil. Un menor crecimiento del vello, como en la barba, esterilidad o una disminución de la masa ósea son otros de los síntomas que podrían aparecer.
A pesar de la sintomatología, el verdadero diagnóstico llega con un análisis hormonal así como una revisión a la historia clínica del paciente en donde se pueden encontrar ciertos factores que hayan podido favorecer la aparición del hipogonadismo. Además, en los hombres se suele realizar un análisis de esperma junto a una biopsia testicular, que en las mujeres se sustituye por una ecografía ginecológica.
Debido a que es una patología que afecta directamente a la calidad de vida, en especial a la de los hombres, detectarla y tratarla es importante para continuar manteniendo una vida normal sin preocupaciones.
En las mujeres el tratamiento más común es el de la píldora anticonceptiva para regular los niveles de estrógenos, mientras que en los hombres para conseguir unos valores adecuados de testosterona, se suelen administrar geles o parches, que en ocasiones no son del todo bien tolerados por los pacientes, por lo que cada vez es más común el uso de inyecciones. En casos más complicados se puede requerir cirugía o, si existiese un tumor, requerir de radioterapia o quimioterapia.
Y ojo, que, aunque no sea 100% efectivo, se puede prevenir siempre que se lleven unos hábitos de vida saludables, como una dieta variada y sana, la práctica de ejercicio regular y el evitar el sobrepeso.
A pesar de ser una enfermedad, como muchos endocrinos denominan, silenciosa, afecta directamente a la calidad de vida de quienes la sufren, en especial los hombres, que ven alterada su vida sexual, su cuerpo y también su estado de ánimo. Por eso mismo es importante acudir a un especialista para realizar el diagnóstico adecuado.