Ponte en forma para el verano: ¿cuáles son los tipos de barriga y cómo podemos perderla?
A la hora de ponernos a dieta, una de las partes que más nos cuesta eliminar es la barriga
Existen muchos factores que puede hacer que tengamos grasa abdominal, por lo que, si queremos eliminarla, es importante que conozcamos sus orígenes
Barriga cervecera, barriga por estrés o barriga hinchada son algunos de tipos de barriga más comunes
Cuando decidimos ponernos a dieta y empezar a hacer deporte, la barriga suele ser una de las partes que más nos cuesta eliminar. Conseguir un vientre plano y bien definido es el sueño de muchos, pero también un reto especialmente complicado. De hecho, no es extraño cruzarse con personas en muy buena forma física que, a pesar de las horas que le meten al gimnasio, siguen luciendo tripilla.
Los motivos detrás de la grasa abdominal son muy variados. Más allá de la falta de ejercicio o una mala alimentación, existen otros factores, como la falta de sueño, la retención de líquidos o el estrés, que pueden hacer que luzcamos un tipo de barriga u otra. Por ello, si queremos conseguir nuestro cuerpo soñado, es fundamental que identifiquemos qué tipo de tripa tenemos y cuáles son sus orígenes.
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Barriga cervecera
A pesar del nombre, la causa detrás de esta barriga no es la cerveza (o no es solo la cerveza), sino un estilo de vida sedentario y un tipo de alimentación pobre, con un exceso de alcohol y de productos hipercalóricos, como las pizzas, los helados, el azúcar o los fritos. Vamos, lo que se conoce como comida basura.
La barriga cervecera es dura y prominente, y es un indicador de grasa visceral, es decir, la que se acumula en los espacios entre los órganos. A diferencia de la grasa subcutánea, que se asienta debajo de la piel y suele ser inofensiva, este tipo de grasa se encuentra más interiorizada en nuestro organismo y suele tener un efecto negativo en nuestra salud, ya que está relacionada con problemas de cardiopatía, colesterol, diabetes de tipo 2 y afecciones respiratorias, entre otros.
Por ello, independientemente de los motivos estéticos, es importante que intentemos acabar con nuestra barriga cervecera. Para ello, deberemos empezar a hacer ejercicio de forma regular y llevar una dieta sana y equilibrada, eliminando el consumo de comida basura y alcohol y aumentando la ingesta de frutas, verduras y alimentos ricos en fibra y calcio. Además, es importante que controlemos nuestro nivel de colesterol.
Barriga con michelines
Los michelines pueden parecernos muy antiestéticos, pero, a diferencia de la barriga cervecera, no tienen porqué suponer ningún problema de salud, siempre y cuando estén bajo control. En concreto, los michelines son un indicador de grasa subcutánea, que, como decíamos, es inofensiva, aunque si la reducimos evitaremos el riesgo de que aparezca la grasa visceral.
Por lo general, este tipo de barriga es fofa y suele verse en personas que tienen trabajos de oficina o que pasan la mayor parte de su tiempo en casa, sentados. Además, quienes lucen esta tripa suelen consumir más calorías de las que necesitan e ingerir alimentos azucarados y refinados.
Para combatir estos michelines, se necesita una buena rutina de ejercicio, en la que incluyamos sentadillas, abdominales y zancadas, y mejorar la dieta, cambiando los azúcares, los ultraprocesados, los refrescos y las grasas saturadas por frutas y verduras, pescado, cereales, frutos secos y bebidas naturales.
Barriga hinchada
Las personas que tienen barriga hinchada suelen despertarse con un vientre plano que, a lo largo del día, va aumentando de tamaño por culpa de los gases o una indigestión. Las causas detrás de este fenómeno son variadas: puede ser tanto por una intolerancia alimentaria, como por una alergia, una mala digestión, un desequilibro en la fibra intestinal o por no masticar correctamente los alimentos.
Para acabar con este tipo de barrigas, es importante que identifiquemos cuáles son los productos que pueden estar sentándonos mal y que los eliminemos de la dieta. Por lo general, estos suelen ser aquellos ricos en trigo y gluten, así que prueba a dejar de consumirlos. De igual manera, es importante que incrementes el consumo de fibra y que bebas más agua, evitando tomar refrescos, alcohol y lácteos procesados.
Barriga por estrés
Aunque parezca mentira, el estrés puede ser una de las causas detrás de nuestra barriga. Esto se debe a que nuestro organismo aumenta los niveles de cortisol cuando vivimos situaciones estresantes, una hormona que favorece la retención de grasas y que eleva nuestros niveles de insulina, disparando nuestro apetito.
Por lo general, la barriga por estrés afecta a personas muy perfeccionistas que sufren problemas de insomnio, comen muy rápido y abusan de bebidas estimulantes. Este tipo de tripa es dura y, para combatirlo, no hay que matarse en el gimnasio, sino buscar técnicas de relajación que nos ayuden a sentirnos más calmados. Además, es conveniente que aumentemos nuestras horas de sueño, que reduzcamos la ingesta de bebidas con cafeína y que apostemos por alimentos ricos en triptófano, un aminoácido que ayuda al organismo a sintetizar la serotonina y que nos permitirá sentirnos mejor con nosotros mismos.