Ya es oficial: las temperaturas son más bajas, las lluvias han hecho su aparición y cuando suena el despertador aún es de noche. Se llama entretiempo, esa estación de toda la vida (algunos la llamarían ‘viejuna’) que puede producirte gripes, molestos resfriados y una piel tan deshidratada como si vinieras del París-Dakar.
Los cambios de temperaturas que se experimentan durante el entretiempo pueden debilitar el cuerpo y los resfriados son más comunes. No hay milagros para superarlos. Si la recomendación habitual es beber unos dos litros de agua al día (ocho vasos) para tener un nivel óptimo de hidratación, con el resfriado beber agua es imprescindible. Además de mantener el cuerpo hidratado, lo que otorga una sensación inmediata de confort, eliminamos a través de la orina muchos de los agentes patógenos que pueden haber producido el resfriado.
Si, además, el agua es consumida en tisanas o sopas, los beneficios serán aún mayores porque añadiremos las propiedades de sus ingredientes: las verduras, sus vitaminas y otros activos de gran poder antibacteriano y antiinflamatorio, y el jamón, el pollo o la carne, en caso de caldos con proteínas animales, colágeno, uno de los activos más importantes en los cuidados estéticos y médicos.
Por último, una simple ducha o un baño caliente también ayuda a hidratarnos y ejerce una función terapéutica: los poros se abren y el arrastre del agua, el disolvente natural por excelencia, también hace desaparecer las toxinas que provocan algunas enfermedades. Salus Per Aquam (los famosos SPAS), la salud a través del agua, en el baño de casa.
La piel también necesita hidratación en otoño, especialmente con el paso de los años, cuando se vuelve más fina. Uno de los efectos más directos de la llegada del frío es la sequedad cutánea. La epidermis soporta mal los cambios de temperatura en la misma jornada, y eso es precisamente lo que ocurre en esta época del año: las mañanas húmedas en contraposición con el calor de las horas centrales del día pueden propiciar la aparición de rojeces, sequedad e irritaciones. Si, además, estamos al aire libre, el sol continúa haciendo que nuestra piel libere radicales libres, responsables del envejecimiento, por lo que el uso del fotoprotector sigue siendo imprescindible.
Cuando pasamos muchas horas en interiores, también hay que protegerse. El cambio de temperatura entre el exterior frío y el calor de los interiores es una agresión para la piel. En este caso, es necesario mantener un cuidado diario consistente en limpieza por la mañana y por la noche, exfoliación o eliminación de células muertas al menos cada 10 días, dependiendo de la edad y del tipo de piel, y sérums y cremas hidratantes, tanto de día como de noche. La noche es un momento especialmente importante en los cuidados estéticos. Es el momento del reseteo de cuerpo y mente. En el caso de la piel del rostro, después de combatir la deshidratación, hay que revitalizarla y repararla.
Existe una relación directa entre la dieta y la calidad de la piel. Ningún cuidado estético lucirá en todo su esplendor si la dieta es pobre o inadecuada. Los alimentos que mejor preservan la salud de la piel son el pescado azul, particularmente el salmón, muy rico en omega 3, y los lácteos, mejor en su versión descremada para no ganar peso. Al igual que en verano, consumir frutas, hortalizas y verduras será la mejor opción para mantener los antioxidantes a raya. Pepinos, tomates, aguacates (la única fruta en cuya composición priman las proteínas), kiwis, naranjas, pimientos rojos, calabazas y todas las verduras cruciformes (brócoli, coliflor, lombarda o repollo) serán los mejores aliados, junto a una incorporación sorprendente: la aceituna.
Las olivas contienen altas cantidades de aceites esenciales omega 3 y omega 6, beneficiosos y necesarios para el organismo, ya que ayudan a prevenir las enfermedades cardiovasculares. Además, son una fuente natural de vitaminas A y C, necesarias para mantener los tejidos y lograr unas defensas perfectas. Aportan igualmente tiamina, imprescindible para el correcto funcionamiento del sistema nervioso, hierro, sodio y una cantidad considerable de fibra.
Suscríbete aquí y te compartiremos las mejores historias Uppers