En tu casa hay varios tipos de leche: entera, semidesnatada, desnatada, con soja y, desde hace poco, sin lactosa. Has oído que es más saludable y que se te hincha menos la barriga. ¿Es eso cierto? Como estamos viendo en cada episodio de 'Un científico en el supermercado', en torno a la industria de la alimentación suele generarse algunos mitos que, en lugar de mejorar, no hacen sino empeorar estado de nuestra salud. Así que, siempre que sea posible es fundamental recurrir a las fuentes fiables. Nuestro experto, José Manuel López Nicolás, Catedrático de Bioquímica y Biología Molecular y Vicerrector de Transferencia y Divulgación Científica de la Universidad de Murcia, explica cómo se elaboran estos productos y por qué no debes tomarlos si no eres intolerante a la lactosa. Puedes verlo en el vídeo.
¿Qué es la lactosa? El principal azúcar de origen natural que se puede encontrar en la leche y en los productos lácteos. Está formada por glucosa y galactosa, dos azúcares simples que el cuerpo usa como fuente de energía. La encargada en descomponer la lactosa en estos azúcares es la enzima lactasa. Algunas personas son intolerantes a la lactosa, porque son incapaces de digerirla; lo que les provoca problemas intestinales. Es importante señalar quela intolerancia a la lactosa no es una enfermedad, sino una dolencia. Tampoco se ha de confundir con la alergia a la proteína de la leche de vaca.