En el documental 'El Pepe: Una vida suprema', del célebre director Emir Kusturica, Pepe Mujica (85 años) confiesa arrepentirse de no haber tenido hijos. Después de una vida frenética, en la que pasó de trabajador a guerrillero tupamaro, para luego convertirse en preso político y finalmente presidente de Uruguay, Mujica nunca tuvo tiempo de dejar una descendencia directa. Lo que sí hizo fue enamorarse de su compañera Lucía, diputada, senadora y vicepresidenta del país en el pasado, que le acompaña hasta el día de hoy. Hoy, los hijos del Uruguay revolucionario afrontan ya la madurez y ven, junto a sus vástagos, cómo su expresidente dice adiós a la política.
En un discurso frente al Senado y sin un ápice de victimización o búsqueda de la compasión, Mujica ha explicado las razones que le motivan abandonar la actividad parlamentaria. También ha dejado algunas lecciones que la vida le ha enseñado, y ha querido lanzar un mensaje a las generaciones del futuro. Siempre conservando su esencia de cercanía y su humildad, 'El Pepe' ha demostrado una vez más que los años son fuente de sabiduría. Porque como él mismo dijo, "hay un tiempo para llegar y hay un tiempo para irse en la vida".
"Me está echando la pandemia. Ser senador significa hablar con gente y andar por todos lados; el partido no se juega en los despachos. Estoy amenazado por todos lados por doble circunstancia: por vejez y por padecer una enfermedad inmunológica crónica. Si mañana aparece una vacuna, yo no me puedo vacunar. Tengo que tomar esta decisión".
"Han sido muy elogiosos, demasiado. Yo tengo mi buena cantidad de defectos, soy pasional, pero en mi jardín hace décadas que no cultivo el odio, porque aprendí una dura lección que me puso la vida: el odio termina estupidizando, porque nos hace perder objetividad ante las cosas". "El odio es ciego, como el amor, pero el amor es creador, y el odio nomás destruye. Una cosa es la pasión y otra el cultivo del odio".
"El tiempo pone cambios. Estamos entrando en la época digital. Ni peor ni mejor: distinta. Creo que han aparecido problemas tecnológicos que son capaces de predecir cómo es el carácter y cómo son, esencialmente, las líneas motrices de la conducta humana".
"¿Hasta dónde es violable la intimidad humana y hasta dónde existe la libertad? Porque hasta hace poco, creíamos con pasión una definición de la libertad, y ahora la ciencia nos dice que si por libertad se entiende seguir los deseos y las inclinaciones, la libertad existe. Si por libertad se entiende que nosotros somos capaces de gestar esas inclinaciones y deseos, la libertad no existe".
"La vida se nos va y es inevitable, pero las causas quedan. (...) He pasado de todo en la vida. 6 meses atado con alambres con las manos en la espalda, dos años sin que me llevaran a bañar (habla de su paso por prisión). Pero no le tengo odio a nadie, y le quiero transmitir a los jóvenes: hay que darle gracias a la vida. Triunfar en la vida no es ganar, triunfar en la vida es levantarse y volver a empezar cada vez que uno cae".