Buen tiempo, más horas de luz y tardes enteras en la playa o en la piscina. Por algo el verano tenía que ser la estación más deseada por los españoles. Aunque no por todos. Con el calor se intensifican los olores, especialmente los malos. Y no nos referimos al de la basura, sino al que desprende nuestro cuerpo: el del sudor. Si tu desodorante no es capaz de combatirlo, probablemente no tenga lo que hay que tener. José Manuel López Nicolás, Catedrático de Bioquímica y Biología Molecular y Vicerrector de Transferencia y Divulgación Científica de la Universidad de Murcia, desmiente esos mitos sobre el desodorante (incluido el aluminio). Dale al play.
Evitar el mal olor no solo pasa por mantener una correcta higiene personal, sino por identificar que no exista ningún problema que pueda alterar el aroma de nuestro cuerpo. Asimismo, para acabar con el hedor es recomendable usar ropas holgadas; darse una ducha diaria con agua y jabón, prestando atención a las zonas donde el sudor se acumula; y reducir el consumo de alimentos que provocan mal olor en la sudoración, como las carnes rojas, las especias picantes o el café. Y a partir de ahí, ¡a disfrutar del verano!