Para ver una serie en la tablet, para hablar por teléfono, para oír tu podcast favorito, tu hijo mientras echa unas partidas a los videojuegos o para escuchar ese disco al que te has enganchado. Los auriculares se han convertido en parte de nuestra vida, tanto en casa y en la oficina, como en nuestro tiempo libre cuando salimos a hacer deporte. Pero ojo, porque todo lo bueno que nos ofrecen los auriculares puede contrarrestarse con lo malo, el deterioro de nuestra salud auditiva, especialmente en los más jóvenes. Por eso, la Organización Mundial de la Salud (OMS), apela por un buen uso de estos aparatos.
La entidad médica estima que unos 1.100 millones de personas, en especial adolescentes y jóvenes, están en riesgo de sufrir algún tipo de pérdida de audición por el uso incorrecto de sus auriculares y también por la exposición a niveles sonoros muy altos que pueden ser dañinos, como la música de las discotecas. Tal y como indica la OMS, 43 millones de personas entre 12 y 35 años ya padecen algún problema auditivo, en su mayoría por la utilización de aparatos personales, como los auriculares y su uso indebido.
Es importante saber detectar que nos estamos pasando con el volumen, pero también hacérselo saber a nuestros hijos si hacen un uso continuado de los auriculares para que no se pasen con los decibelios y terminen afectando a su salud auditiva. Pero, ¿cómo saber si nos estamos pasando? Los decibelios son la clave, y se establece que una exposición a 85 decibelios durante un máximo de ocho horas es lo máximo indicado para no correr riesgos, aunque la OMS indica que lo adecuado es mantenerse en 65 decibelios. En caso de aumentar el sonido, el tiempo que nuestros oídos no corren peligro disminuye.
Por eso mismo, la OMS aconseja no utilizar los auriculares durante más de una hora, siempre con un volumen medio-bajo, intentando no superar el 60% de la capacidad de volumen con la que cuentan nuestros cascos. Esta regla del 60-60 es la que apoya la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL), no usarlos más de 60 minutos al día sin superar el 60% de su volumen.
Hay varias claves para evitar que nuestros hijos pierdan su salud auditiva, entre ellas, la OMS destaca que es importante que el auricular se adapte a al oído, pero también lo son sus funciones, remarcando el aislamiento del ruido exterior. Una de las cosas que pueden llevar a que el volumen aumente es el entorno, por eso, los auriculares con cancelación de ruido serían los ideales para mantener un volumen óptimo. Además, apuntan que se debe aprovechar la tecnología de los smartphones para vigilar los decibelios y el tiempo de exposición.
Pero, ¿cómo podemos percatarnos de si la capacidad auditiva de nuestro hijo está viéndose afectada? Hay señales del día a día que nos podrían advertir con ruidos que, a priori, deberían escucharse con claridad, como el timbre de casa o el teléfono cuando suena. De todas formas, también es importante fijarse en las conversaciones en ambientes ruidosos, como una reunión entre amigos, donde se pisan al hablar o en casa, cuando la batidora está funcionando.
En todo caso, si se detecta alguna dificultad en la escucha, lo indicado según la OMS es acudir al médico para una revisión, pues siempre habrá un mejor pronóstico cuando se detecte la pérdida de audición en fases iniciales que en otras más avanzadas.