Mascarillas de cobre y zinc contra el coronavirus: prometen acabar con él y hasta 300 días de duración
Una empresa fabricante de mascarillas ha patentado unas nuevas cuyo principal material es el cobre y el zinc porque, según dice, desactivan los microbios hasta en un 99,9%
El mundo de las mascarillas contra el coronavirus se ha convertido en el nuevo campo de batalla de la investigación comercial. Su uso, ya sabemos, es obligatorio, y más aún en el colectivo de 45 años en adelante, cuando la infección por coronavirus es más virulenta en el organismo. Ahora, una de las mascarillas más llamativas es esta, fabricada con elementos de cobre y zinc. Y, según sus creadores, además de proteger contra el virus, lo destruye.
Aunque en algunas partes de España estén prohibiendo las mascarillas de tela en los hospitales, lo cierto es que, para el día a día, es una de las opciones más económicas. En el caso de las SmartCopper se usa una tela que, según han validado con TÜV SUD y SGS, tiene un 99,9% de protección antimicrobiana y cumplen con la Directiva de Seguridad General de Productos 2001/95/CE.
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Tres capas de protección
Para llegar hasta este alto grado de protección contra los microbios, según explican en la web del producto, la mascarilla está formada por tres capas. En la primera de ellas, la exterior, se encuentra una aleación de materiales como el cobre y el zinc, y en donde "los ingredientes activos de esta tecnología son liberados al entrar en contacto con la humedad, generando una ruptura en la membrana de las células de los microorganismos patógenos".
La capa intermedia de 'foam' o espuma actúa como filtro pero también como zona de confort para que la mascarilla sea más cómoda de llevar y se pueda amoldar perfectamente a la fisionomía de cada cual.
Por último, la capa interior está formada por los mismos materiales que la exterior, aunque el tejido es más denso que en esta última para que se pueda llevar de una manera más cómoda. Según dicen, "se empieza con una ruptura de la membrana celular, lo que afecta los procesos enzimáticos vitales de la célula y de respiración celular. Esto la lleva a una pérdida de nutrientes y finalmente, la eliminación del microorganismo".
Otras mascarillas de este tipo pero, en este caso, del fabricante Kuhn Copper Solutions, están hechas con malla de cobre puro y prometen filtrar el 99,95% del aire que se inhala para librarlo de virus como el SARS-CoV2 y también de tipos de gripe y enfermedades respiratorias.
Reutilizables y hasta 300 días de duración
Uno de los principales problemas de las mascarillas higiénicas o de las mascarillas FFP2 es que cuando llegan a un determinado tiempo de uso se deterioran y ya no sirven más. En este caso, este tipo de nuevas mascarillas serían lavables y reutilizables, ahorrando el tener que comprar nuevas cada semana, con el gasto que supone.
Según explican, están fabricadas con 100% poliéster y 0% algodón, como recomienda la OMS, y recomiendan "una limpieza diaria a mano con jabón neutro, no necesita lejías ni demás productos tóxicos", además de una "limpieza a máquina con jabón neutro, cada 10 o 15 días con uso normal", de tal modo que no sería necesario "el lavado a máquina diario o el uso de productos tóxicos como sucede con otras mascarillas textiles del mercado actual para desinfectarlas".
Tal y como se recoge en la web del producto, este tipo de mascarillas tendría una autonomía de hasta 300 días. Su precio, de 19,95€ es competitivo si calculamos que, por cada uno de esos 300 días usaremos una higiénica de 0,60€, en cuyo caso nos estaríamos gastando 180€ en el mejor de los casos.
El efecto real del cobre contra el coronavirus
Existen pocos estudios sobre la relación que tiene el cobre con el coronavirus. Sin embargo, los que existen, como este publicado en la revista NEJM indicaba que el SARS-CoV2 quedaba desactivado a las cuatro horas de caer en una superficie de ese material. En superficies de algodón, podía estar durante días y mantener su carga infectiva.
Por eso, una parte fundamental para saber si este tipo de mascarillas son más efectivas que las higiénicas o no es conocer el porcentaje de zinc y cobre con la que realmente han sido fabricadas. Y, el problema, es que, en muchas ocasiones, estos datos no son recogidos por los propios fabricantes, así que resulta imposible conocer la eficacia real de estas mascarillas.
En cualquier caso, el uso de una u otra mascarilla es una decisión personal que varía en función de muchos parámetros e, independientemente del material que sea, hay que seguir con el resto de recomendaciones profilácticas contra el coronavirus: lavado de manos, distancia física, cumplimiento de aforos, etc.