La era de las mascarillas: tipos, precios, usos y otras claves aprendidas hasta ahora

  • Te desglosamos los puntos fundamentales para entender este complemento

La recurrida conversación sobre el tiempo se ha acabado. Tras tantos años acompañándonos, las mascarillas le han robado el protagonismo. Si hace tres meses alguien hubiese dicho que sabe tanto de mascarillas como ahora, le hubiésemos mirado raro. Pero hoy día, todos los ojos se posan en él, como santo grial del conocimiento. Informaciones al respecto hay muchas. Podríamos pasar horas o incluso día leyendo sobre ellas. No debemos olvidar que son obligatorias y fundamentales para evitar contagiar y que te contagies, sobre todo siendo un colectivo de riesgo. Nosotros, para ponértelo fácil, te desglosamos las claves fundamentales para entender este complemento y aclararte cualquier duda al respecto.

¿Cuáles son los tipos?

Las que recomiendan las autoridades son las mascarillas higiénicas, con una vida útil de entre cuatro y cinco horas, son fáciles de encontrar en supermercados o farmacias. Evitan que las gotículas de saliva que desprendemos al hablar de queden en el ambiente, es decir, previenen que contagiemos a otros, pero no nos protegen frente a contagios. Por otro lado, encontramos las FFP1, FFP2 y FFP3. Son las recomendadas para sanitarios ya que se trata de equipos de protección. Las dos últimas sirven para no contagiar y protegen a quien las lleva.

Cómo colocar correctamente una mascarilla

Antes de nada, debes lavarte correctamente las manos. Una vez con ellas secas, sujeta la mascarilla por las gomas, evitando tocar en todo momento la zona de tela. Pasa la goma tras la oreja y presiona la barra flexible, que debe ir en la parte superior, para ajustarla bien a la nariz. Por último, extiéndela por debajo de la barbilla y cámbiala en cuanto la notes húmeda. Lo mismo ocurre cuando nos la quitamos. Debemos hacerlo siempre sujetando los elásticos y sacarla hacia delante, asegurándonos siempre de que está alejada de la cara y ropa en todo momento.

¿Qué mascarillas puedo reutilizar?

Existen dos tipos homologadas y reutilizables. Por un lado, las que tienen filtro de partículas. La mascarilla sí puede lavarse siguiendo las instrucciones del fabricante, pero no los filtros, ya que estos se deteriorarían. El otro tipo que sí admite limpieza y reutilización es la mascarilla autofiltrante. Pero no todas. Deben estar marcadas con la letra ‘R’. Te explicamos cuáles son los métodos de desinfección recomendados.

Cómo puedo lavar una mascarilla higiénica

Según el Ministerio de Sanidad, las mascarillas higiénicas reutilizables o de tela se pueden limpiar en lavadora con detergente a 60 grados o sumergiéndolas en una disolución 1:50 de agua tibia y lejía durante 30 minutos y, después, eliminando cualquier resto con agua y jabón. Si se trata de mascarillas higiénicas desechables, siempre y cuando no hayas agotado su vida útil, puedes dejarla ventilar durante siete días en una zona con sol o, siguiendo las indicaciones de un Estudio de la Universidad de Florida, introduciéndola en el horno siguiendo unas instrucciones muy precisas para evitar que se deterioren.

¿Qué precio tienen?

Las mascarillas higiénicas tienen el precio regulado en un máximo de 0,96 euros, mientras que las FFP2 no pero su importe medio ronda los 4,50 euros. Hemos echado cuentas y te contamos el gasto semanal que supone para una persona de 50, 65 y 80 años. Las cifras son, sin duda, elevadas.

Mascarilla y gafas

Parecen incompatibles, pero realmente no lo son. Te damos tres remedios caseros para evitar que se empañen y se llenen de vaho. Por un lado, puedes restregar una pastilla de jabón que tengas por casa por ambos lados del cristal y con ayuda de un tapo limpio quitar el excedente. Por otro, puedes repetir el proceso, pero en lugar de jabón, usa una patata cortada por la mitad y con ayuda de papel de periódico retira el almidón sobrante. Quedarán perfectas. Por último, puedes utilizar un pañuelo de papel doblado por la mitad y situarlo bajo tu mascarilla en la zona metálica, o directamente haz un pequeño doblez en la parte superior de la misma. Te recordamos, además, la importancia de higienizar correctamente las gafas al volver a casa.

Mascarilla y alergia

Pese a que la recomendación de Sanidad es utilizar mascarillas higiénicas, si eres alérgico la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica advierte que es mejor llevar las FFP ya que cubren la nariz y la boca y filtran el aire que se inhala. Es especialmente importante para estos pacientes que el ajuste sea bueno y se adapte la parte superior de la mascarilla al contorno de la nariz y, a ser posible, se lleven también gafas de sol para evitar que los pólenes se depositen en la mucosa de los ojos. En estos tiempos convulsos te damos las claves para no confundir tu alergia con los síntomas del coronavirus.

El mal aliento de las mascarillas

Puede que pienses que tu mascarilla huele mal, pero es tu aliento el que lo hace. La mascarilla retiene las gotículas de saliva cuando hablamos y al secarse pueden generar un olor desagradable. Por eso, es muy importante no alargar la vida útil de las mascarillas más de lo indicado. No obstante, si te has dado cuenta de que padeces halitosis es recomendable que vayas al dentista ya que en el 90% de los casos, se trata de problemas en la cavidad bucal. Por suerte es un problema que tiene tratamiento, pero no debes paliarlo con chicles ya que pones en peligro tu aparato digestivo.

Cuidados de la piel de la cara para los daños que provoca la mascarilla

Debemos asumir el resto que, pese a que la mascarilla es buena para protegernos, no lo es para nuestra piel. Para intentar que los efectos se noten lo menos posible es importante limpiar bien la piel con un jabón neutro en cuanto llegamos a casa para eliminar todos los gérmenes que se hayan podido quedar en nuestro rostro. Tras librarnos de las impurezas llega el momento de la hidratación, al elegir la crema debemos optar por cosmética indicada para pieles sensibles. Es muy importante colocarse bien la mascarilla para evitar roces en el contorno de ojos y la parte posterior de las orejas que son las zonas más afectadas por la misma, también hay que tener en cuenta los cambios que debes hacer en tu maquillaje ahora que llevas media cara cubierta.

Comunicarnos con mascarilla: la importancia de los ojos y el tono de voz

Ahora que un tejido cubre nuestra boca y, además, atenúa nuestro tono de voz, los gestos van ganando protagonismo. José Luis Martín Ovejero, experto en comunicación no verbal, nos explica que la mayoría de nuestras reacciones, si son sinceras, van más allá de la boca. Por ejemplo, con la sonrisa se activa el circuito cerebral del placer que actúa sobre los músculos que rodean los ojos. Otros sentimientos como la tristeza y la ira también van acompañados de la mirada y en muchas ocasiones del tono de voz. La sorpresa es imposible disimularla ya que las cejas se levantan y los párpados se elevan. Sin embargo, otros sentimientos como el de asco o desprecio son realmente difíciles de manifestar con media cara tapada. Pero ¿qué ocurre con el miedo?

Mascarillas y moda: las grandes marcas ya compiten por diseñar el complemento estrella

Desde que comenzó la pandemia, son muchas las firmas que han ayudado con sus productos a los centros sanitarios mediante ayudas o donaciones. Y ahora que las mascarillas se han convertido en un básico en nuestro armario no han querido perder la oportunidad de diseñarlas. Hay para todos los gustos y quizá no todos los bolsillos. Desde Louis Vuitton que ofrece su mascarilla por 80 euros a Fendi que lo hace por 200. Otros, como Gucci, se anticiparon a la moda y ya las habían mostrados en sus desfiles junto con pasamontañas. En España, algunas firmas también se han lanzado a diseñarlas.