Tienes gripe, te automedicas. Te duele un brazo. También. Este es el modus operandi del 36% de los 'baby boomers' para mitigar cualquier dolor, según los últimos datos de Aegon. Sin embargo, este hábito puede poner en verdadero peligro la salud. ¿Has pensado que antes de tomarte un ibuprofeno o un paracetamol podrías acudir a la consulta de un fisio? Hablamos con Fernando Ramos Gómez, Presidente de la Asociación Española de Fisioterapeutas para que nos explique por qué deberías ir a ver a uno cuanto antes.
Con el paso de los años cuidar nuestro cuerpo y nuestra mente para tener un buen futuro resulta fundamental, pero en muchas ocasiones el estrés y el sedentarismo complican este ritual. "El envejecimiento es un proceso fisiológico y normal que, acompañado de tratamiento fisioterapéutico, se mitiga. Ayuda a mantener la fuerza, movilidad y calidad de vida óptimos. Es decir, que ralentiza el deterioro funcional del cuerpo", explica Ramos.
La teoría está ahí pero en el día a día sacar un hueco para visitar uno puede resultar muy complicado. Sin embargo, cuidar el presente para estar bien el futuro requiere un esfuerzo. Solemos realizar toda nuestra actividad en rangos de movimiento muy cómodos. Tenemos una rutina en la que siempre realizamos el mismo trabajo, en muchos casos sentado, y si hacemos deporte solemos practicar el mismo de forma habitual. "Esto provoca que determinadas articulaciones resulten muy dañadas y eso lleva a la aparición de dolencias", declara el fisioterapeuta.
Y su solución se suele buscar en medicamentos y no en expertos. "El problema es de base. Aceptamos el dolor como algo normal y desde luego no podemos entender que la solución al dolor sea medicarse. El no tratarse como es debido convierte la dolencia en crónica y mucho más difícil de solucionar", asegura el experto.
Mantener con el paso de los años las capacidades básicas de velocidad, fuerza y flexibilidad determinarán el tipo de vejez que tendrás y aunque a priori no lo pensases, el fisioterapeuta puede ayudarte a conservarlas.
"Es normal que a partir de los 50 años empiecen a aparecer dolores pero lo que no es aceptable es que nos retiren de las actividades de ocio y recreativas. Por eso, desde el punto de vista preventivo, tanto desde la Organización Mundial de la Salud como desde el gremio, promovemos la actividad deportiva", asevera el presidente.
Precisamente dentro del tratamiento se puede hablar de dos enfoques. Uno más conocido y que tiene que ver con técnicas pasivas en las que el especialista aplica una serie de movimientos en diferentes estructuras para restaurar la movilidad perdida; y por otro, las activas.
"Estas consisten en educar a los ciudadanos de la importancia del ejercicio y de moverse. Por medio de consultas se prescribe una actividad terapéutica individualizada y adaptada a las necesidades de cada paciente”, expone Ramos.
Estos ejercicios se pueden dividir en tres vertientes. Por un lado los ejercicios de fuerza, por otro, los cardiovasculares y por último los de flexibilidad. "Así se completa un tratamiento óptimo", apunta el fisioterapeuta.
Por ello Ramos hace un llamamiento. "Cuando una persona note que su actividad se ve limitada por la presencia de un dolor pedimos que se ponga en manos de un experto para que prescriba una serie de recomendaciones para que recupere sus niveles de movilidad”.