Ser músico es tener un don para componer o simplemente interpretar con total soltura las notas musicales que se te ponen por delante. Un don del que todos disfrutamos y que los propios músicos también gozan cada vez que dan rienda suelta a su arte. Pero ojo, porque dedicarse a la música puede ser fatal para una parte de nuestra salud, la auditiva. Pese a que el oído es clave para cualquier músico, este órgano se ve afectado por los sonidos que recibe constantemente, ya te contamos como el mal uso de los auriculares también podía generar problemas auditivos, pues la exposición musical tampoco es su mejor aliada.
Brian Johnson (AC/DC) o el mismísimo Eric Clapton son solo dos ejemplos de músicos que arrastran problemas auditivos por vivir encima de un escenario. La recomendación general es de no superar los 80 decibelios durante más de 8 horas diarias, el problema viene porque en ocasiones puede que no se llegue a las horas, pero sí se supera el límite de decibelios alcanzando los 110 en algunas ocasiones. Sin duda, los músicos, especialmente los de rock según la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de la Cabeza y Cuello (SEORL), se han convertido en una profesión de riesgo para la pérdida de audición.
Se calcula que solo en España el 8% de la población tiene problemas auditivos y sobre el 25% de los músicos tienen dificultades para escuchar una conversación en un volumen normal. Un estudio en Reino Unido a músicos de entre 18 y 75 años constató como el 40'5% tenía algún problema de audición, y la mayoría de ellos presentaba tinnitus, una especie de silbido o zumbido que se produce en los oídos, siendo una de sus causas la pérdida auditiva.
Además, el Observatorio de Prevención Auditiva para los Músicos (OPAM), detectó en 2013, además del peligro que supone para la salud auditiva la sobreexposición a niveles sonoros muy elevados, que parte de los músicos padecían trastornos como la hiperacusia, una enfermedad que genera hipersensibilidad a sonidos cotidianos del día a día pero que pueden llegar a ser muy molestos porque el oído los percibe como muy altos, pudiendo provocar dolor.
Uno de los factores que puede provocar esa pérdida de audición es no utilizar protectores auditivos que ayudan a que la sensación de sonido sea mucho más baja, pudiendo reducir el impacto entre 15 y 25 decibelios, o en su contra los llamados in-ear, que no son protectores pero realizan un aislamiento del exterior. Entre otras de las recomendaciones está el alejarse siempre que sea posible de los amplificadores de durante los conciertos, además de intentar hacer reposo o descanso auditivo durante una hora tras un ensayo y reducir si es posible el volumen de la fuente sonora. Por supuesto, acudir al menos una vez al año a revisión es clave para detectar si hay o no un empeoramiento de la salud auditiva.
Como ya te adelantamos, Brian Johnson, de AC/DC, es uno de los artistas más conocidos con problemas de audición, en parte por culpa de sus conciertos pero también por su afición a los coches, y no precisamente los más silenciosos. Por su parte, Eric Clapton padece tinnitus desde hace más de una década, cuando confesó que si se queda en silencio en su cabeza suena un silbido constante.
Otro de los artistas que también es consciente de sus excesos sonoros es Anthony Kiedis, líder de los Red Hot Chili Peppers. Y no es algo de lo que se haya dado cuanta ahora, sino que es consciente de ello desde 1993, así lo relata en su autobiografía, pues tras un concierto en ese año él y Chad Smith, el batería, descubrieron que tenían tinnitus y desde entonces ambos tienen un daño auditivo permanente.
Noel Gallagher, uno de los miembros de Oasis, es otro de los que en los últimos años ha detectado problemas auditivos, aunque a pesar de ello no ha perdido el sentido del humor, pues el artista contó como fue a hacerse unas pruebas del cerebro y le encontraron un zumbido extraño en los oídos, algo que él mismo achacó a su tiempo sobre los escenarios. "Me lo he pasado tan bien dedicándome a esto que, si muero por una enfermedad cerebral, habrá valido la pena".
Pete Townshend, guitarrista de The Who es otro más de los que en su día hicieron públicos sus problemas auditivos. Como no, algunos miembros de Metallica también han tenido problemas, especialmente tinnitus, es lo que tiene darlo todo en los conciertos con un sonido que retumba allá por donde va.