El peligro de padecer obesidad: ¿sabes cómo aumenta el riesgo de padecer enfermedades coronarias?
Cientos de millones de personas en el mundo son obesas, lo que quiere decir que corren el riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular
No solo aumenta el riesgo directo, también el indirecto al favorecer la aparición de otras patologías como la diabetes o la hipertensión
La obesidad es un problema de salud mundial, pues según expone la Organización Mundial de la Salud (OMS) desde 1975 los casos de obesidad se han triplicado en todo el mundo, con unas cifras que en 2016 situaban que 650 millones de adultos tenían obesidad, cuando hay una acumulación excesiva de grasa en el cuerpo. Esta misma entidad indica o mide cuando se produce la obesidad en los adultos a través del índice de masa corporal (IMC), que cuando es superior a 30 ya se considera una persona obesa. Y ojo, porque la obesidad se convierte en un factor de riesgo muy importante para padecer numerosas patologías, entre las que destacan las cardiovasculares.
Un factor de riesgo para el corazón
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Si nos vamos a datos de España, en 2018 la Sociedad Española de Cardiología (SEC) recogía un estudio en el que se muestra que la prevalencia de la obesidad en los adultos de nuestro país estaba en el 21’6%. Los expertos coinciden en que el tratamiento contra la obesidad se sitúa específicamente en el cambio de los hábitos de vida, acabando con el sedentarismo, siguiendo una dieta saludable y realizando de forma regular algún tipo de actividad física.
Si vamos a lo que nos ocupa, patologías coronarias, desde la SEC alertan a que es un factor que afecta de forma directa a la aparición de enfermedades cardiovasculares y ojo, porque destaca que puede empeorar o fomentar otros factores de riesgo muy relacionados con las patologías del corazón, como la diabetes o la hipertensión. Uno de los problemas que la entidad expone es que gran parte de las personas obesas no tiene intención de perder peso. Pues en una investigación europea a personas con patologías coronarias concluyeron que el 38% de ellas tenían obesidad, de las que un 45% no tenían plan alguno para comenzar a adelgazar.
Obesidad infantil, clave para el futuro
Y en este punto se está hablando de los adultos, pero la clave también está en la infancia, pues la OMS estima que en 2016 había un total de 340 millones de niños y adolescentes de entre 5 y 19 años con sobrepeso u obesidad. El problema de esto es que esos niños pueden alcanzar la juventud y la madurez aún siendo obesos, por lo que existe una mayor probabilidad de padecer diabetes o patologías cardiovasculares a edades más tempranas de lo que estamos acostumbrados. Por eso mismo los especialistas plantean dos medidas clave para evitar la obesidad en niños. La primera es erradicar el sedentarismo y la segunda mantener una alimentación saludable y equilibrada.
Por todo esto la obesidad coge cada vez más protagonismo, su avance es preocupante en relación a la salud pública al afectar cada vez a personas más jóvenes en las que las patologías asociadas al exceso de peso aparecen antes, especialmente las enfermedades cardíacas, aunque también tiene cierto poder sobre la diabetes, algunos tipos de cáncer o trastornos en el aparto locomotor. Por eso, la pérdida de peso permite evitar esos eventos coronarios que ponen en peligro la vida de quienes lo padecen.
Volviendo a los primeros puntos, el riesgo de padecer una enfermedad coronaria aumenta exponencialmente cuando se sufre obesidad. Por eso se aconseja la práctica de actividad física durante al menos una hora al día para erradicar el sedentarismo, y una alimentación sana en la que los procesados y las grasas saturadas tengan el mínimo de presencia en la dieta de cualquier persona. Unos hábitos rutinarios que deben seguirse desde la infancia hasta la madurez, pues la obesidad infantil aumenta aún más la posibilidad de padecer este tipo de patologías en un futuro y, como expone la OMS, estas enfermedades más asociadas a la vejez pueden aparecer mucho antes de lo esperado.
En definitiva, la obesidad es una enfermedad que cada vez preocupa más a los especialistas por su crecimiento en jóvenes y adultos. Un exceso de peso y grasa que se coloca como uno de los principales enemigos para cualquier enfermedad coronaria, así que su prevención es clave para evitar uno de los principales factores de riesgo del corazón.