Hasta el momento todo eran suposiciones. Se hablaba de tres meses, de nueve, pero no había ningún dato científico con una muestra lo suficientemente importante que lo respaldara. Era uno de los principales interrogantes del coronavirus. Cuánto duraba la inmunidad Ahora un estudio realizado por los investigadores de La Jolla Institute for Immunology, de Estados Unidos, ha confirmado, tras analizar muestras de sangre de 188 pacientes con Covid-19, que es de ocho meses desde la aparición de los primeros síntomas. Sin embargo, la respuesta del cuerpo varía en función del tiempo que haya pasado. Hablamos con Estanislao Nistal, virólogo y profesor de Microbiología de la Universidad CEU San Pablo, para saber si este dato es representativo y si se considera un paso importante para conocer cada cuánto deberemos vacunarnos.
Hasta el momento, contábamos tan solo con una publicación de la revista biomédica Cell que aseguraba que los anticuerpos desaparecían del organismo entre cinco y siete meses después de contraer la enfermedad y que estos eran más fuertes cuanto más grave había estado el paciente. Sin embargo, esta nueva investigación, mide no solo los anticuerpos sino también otros tres parámetros clave de la memoria inmunológica, las células B de memoria, células T auxiliares y células T asesinas. Por lo tanto, se puede considerar su resultado como concluyente. Por un lado, los anticuerpos se mantienen meses en la sangre tras la infección y gracias a las células inmunes, las de memoria de reactivan y producen aún más por lo que el tiempo de protección asciende a ocho meses.
Sin embargo, la protección no se mantiene exactamente igual durante todo el periodo. "Por supuesto, la respuesta inmune disminuye con el tiempo hasta cierto punto, pero eso es normal. Eso es lo que hacen las respuestas inmunes. Tienen una primera fase de aumento, y después de esa expansión fantástica, finalmente la respuesta se contrae un poco y llega a un estado estable", aseveran los investigadores del estudio.
El problema es que cada persona es un mundo y su capacidad inmunitaria es también diferente. Dentro de la muestra estudiada, los científicos aseguran que hay un rango de hasta cien veces la magnitud de la memoria inmunológica entre unos y otros. Por eso, siempre habrá determinados perfiles que sean más susceptibles a volver a infectarse de coronavirus, lo hayan pasado hace dos o seis meses. "La primera vez que desarrollamos inmunidad frente al virus es muy probable que tengamos células de memoria que se queden en nuestro cuerpo el resto de nuestra vida, pero hasta ahora no sabíamos cómo iba a ser esa inmunidad si total o parcial, gracias al estudio ahora lo conocemos", asegura Nistal.
Esta investigación supone un buen punto de partida para conocer cuánto tiempo duraría la inmunidad de la vacuna que actualmente se está suministrando. Los investigadores sugieren que la memoria inmunológica puede ser "igualmente duradera" después de la vacunación, aunque destacan la necesidad de esperar a tener más datos para confirmar esta hipótesis. "Si comprobamos que pasa lo mismo con las vacunas es un paso importantísimo, pero para cerciorarnos tendremos que esperar al menos un año, que es el tiempo necesario para comprobar si esa inmunidad se va a mantener totalmente, parcialmente o va a decaer", explica el profesor.
No obstante, tras las investigaciones que se han llevado a cabo por los laboratorios que han fabricado las vacunas hasta la fecha, todo apunta a que se tratará de una fuerte protección, incluso mayor a la respuesta de nuestro organismo. "Parece que va a ocurrir lo mismo que con la inmunidad adquirida tras estar contagiado con el virus, pero no se puede asegurar al 100% hasta la fecha", concluye Nistal.