No saber dónde has puesto las gafas y otros olvidos: cuáles son normales y cuáles deben preocuparte
A partir de los 60 años las pérdidas de memoria son normales, sobre todo las relacionadas con la inteligencia fluida
Ante cualquier duda es mejor acudir a un doctor que pueda diagnosticar si existe algún problema grave
Recorres tu casa de arriba abajo en busca de tus gafas. Sabes que las habías dejado justo ahí, pero ya no están. ¿Quién no ha sufrido esto al menos una vez? Los olvidos esporádicos forman parte de la vida, el problema viene cuando cada vez son más frecuentes y nos empiezan a preocupar. Hablamos con el psicogerontólogo Javier López Martínez, profesor de psicología de la Universidad CEU San Pablo, para que nos revele qué olvidos son normales y cuáles patológicos.
¿Por qué nos pasa esto?
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Durante el envejecimiento es común que se produzcan pequeñas disminuciones de memoria. Sin embargo, existe una diferencia entre los cambios normales y la pérdida asociada a demencias o Alzheimer. "Por lo general hay una sobreestimación de los casos patológicos relacionados con la memoria de los mayores. Es decir, que tendemos a pensar que están peor de lo que están, incluso ellos mismos. Tenemos una visión muy pesimista de la memoria", explica López.
Tenemos una visión muy pesimista de la memoria
Precisamente, en los últimos años ha cambiado, a nivel médico, la visión que se tiene de la memoria con el paso del tiempo. "En los años 50 se creía que a partir de los 20 o 30 ya empezaban las pérdidas de memoria y que el declive absoluto era a los 60. Sin embargo, los estudios realizados a posteriori reflejan que el declive no es acentuado y se produce a los 65 años", asevera el psicogerontólogo.
Despistes más comunes
Es fundamental partir dela premisa de que cada caso es diferente y es muy difícil generalizar. "Los olvidos normales suelen estar relacionados con la inteligencia fluida, que hace referencia a la información que acabas de adquirir como puede ser no recordar una nueva palabra o cómo se utiliza una nueva tecnología que te acaban de explicar", apunta el experto. Totalmente diferente es el caso de la inteligencia cristalizada, que es la de las cosas que llevas sabiendo toda la vida y que no entra dentro de los común que se olviden.
Creer que no has cerrado un grifo, volver a revisarlo y ver que sí lo habías hecho. Seguro que alguna vez te ha pasado. "Es lo que llamamos falsos negativos, y en el caso contrario, falsos positivos – creer que has hecho algo y no –", comenta Javier López.
El problema viene cuando estos olvidos empiezan a afectar a nuestra vida diaria. "Si por ejemplo son tan continuos que por un olvido inundas tu casa, o quemas la comida de forma sistemática. Además, otro criterio muy contundente es cuando la persona no es consciente de que está teniendo un problema, ahí hablaríamos de algo patológico", declara el profesor.
Cuándo acudir a un médico
En el momento que la pérdida de memoria nos empieza a preocupar es mejor consultar un médico ya que ellos pueden determinar el grado de deterioro de la memoria y diagnosticar las causas, si las hubiera. "Cuando hay incertidumbre y se genera tensión los olvidos se acentúan por lo que es mejor acudir a un doctor ante cualquier duda", explica el psicogerontólogo.
Pero no solo eso, determinados estados de ánimo también pueden afectar al estado de la memoria. "En determinadas ocasiones aparece la pseudodemencia, es decir, que los profesionales piensan que existe una enfermedad pero tras superar un proceso emocional, la persona recupera totalmente sus capacidades", declara López.
Ir al médico siempre ayuda. Primero a estar más tranquilo y segundo a, que si existe la necesidad, se pueda empezar algún tipo de terapia de estimulación cognitiva. “Está demostrado que a partir de los 65 la inteligencia fluida disminuye pero con estos programas incrementa considerablemente”. Leer, viajar, hacer actividades estimulantes o mantener relaciones afectivas pueden influir positivamente en el estado de la memoria.