Cuidarnos es cada vez más importante. Sí, un día nos podemos dar un capricho al paladar, por supuesto. Pero la alimentación repercute directamente en nuestro estado de salud a corto y largo plazo, por eso una dieta variada y rica en nutrientes no puede ser más beneficiosa para mantenernos fuertes y prevenir muchas enfermedades, entre ellas algunas del corazón. Para ello no hay mejor ayuda que el omega 3, capaz de prevenir muchas patologías cardiovasculares que, con la edad, hay más predisposición a sufrir. Así que ha llegado el momento de revisar tu alimentación y ver si efectivamente recibes todo el omega 3 que necesitas.
El omega 3 es un ácido graso del que necesitamos fuentes alimentarias para mantener los buenos niveles en nuestro organismo. El corazón es, sin duda, el órgano que más beneficios recoge del omega 3, pero también ayuda en el tratamiento de otras enfermedades como la diabetes, la artritis, el asma o para la sequedad de la piel. Además, durante el embarazo es necesario para el desarrollo cerebral del feto, así que no debe faltar en la dieta durante la gestación.
La Fundación Española del Corazón (FEC) ya lo establece, “el consumo de omega 3 contribuye a mantener los niveles normales de colesterol”. Estos ácidos grasos ayudan a proteger el aparato cardiovascular, previniendo patologías que puedan surgir en ese sistema por sus propiedades antiinflamatorias y anticoagulantes, que no solo reducen los niveles de colesterol, también lo hacen con los triglicéridos y con la presión sanguínea.
Todo ello, sumado a una buena calidad de vida en la que se practique algo de ejercicio físico, lleva a que una de las grandes preocupaciones sobre el corazón se reduzca: el infarto. El omega 3 puede reducir su incidencia, incluso hacer menos probable en quienes ya han sufrido uno volver a padecer un segundo. Las enfermedades cardiovasculares se encuentran entre las que más mortalidad producen, por lo que el cuidado del corazón a través de una buena alimentación se hace cada día más importante para mantenerse completamente sano.
El omega 3 debemos consumirlo, ya que el cuerpo no lo produce, por lo que como ya te hemos contado, la alimentación es clave. La dieta mediterránea, ya verás, es fantástica para encontrar aportes de este ácido graso que protege el corazón. El pescado es una de las principales fuentes de omega 3 que se encuentran en la alimentación, destacando el salmón, la caballa, la sardina o el atún, según la Fundación Española del Corazón. No solo esos productos del mar lo contienen, pues el marisco es otra gran fuente para nuestro organismo, en especial las ostras, los centollos o los langostinos.
Los aceites vegetales, como el de soja, también dan grandes dosis, así como el de oliva, que es el que más presencia tiene en la dieta mediterránea y es muy fácil de implementar en la alimentación. Un buen snack siempre han sido los frutos secos, y los bueno es que también tienen grandes cantidades de omega 3, en especial las nueces, el fruto que contiene un valor más alto, así como las semillas de chía o de lino, quizá más complicadas de integrar en la dieta.
Por supuesto que las verduras también tienen buenos niveles de omega 3, sobre todo las de hoja verde, en concreto las espinacas son las que más nos pueden aportar si lo que buscas es un gran contenido en estos ácidos. Y el que muchos llaman oro verde, que se ha puesto de moda en los últimos años y no hay ensalada en la que falte: el aguacate. Sí, ya sabemos que es saludable, pero ahora además también será conocido como fuente de omega 3 y un buen protector para el corazón.
Ya ves que consumir omega 3 y mantener tu sistema cardiovascular protegido no cuesta tanto con una buena dieta en la que se tome pescado varias veces a la semana, con frutos secos, verduras y aceites vegetales que van fenomenal en muchas comidas. En definitiva, una dieta variada será fantástica para tener unos buenos niveles de omega 3, un ácido graso que el organismo no produce y que, por tanto, es nuestra tarea aportarlo a través de la alimentación.