Covid 19, SARS, enfermedad de las vacas locas, tuberculosis, peste, ébola, zika, gripe aviar… son algunas de las enfermedades transmitidas por zoonosis; es decir, de animales a personas. En muchos casos, la transmisión ha sido posible porque se han consumido animales salvajes, fuera de controles médicos, como ocurrió con el ébola o con el propio covid.
En otros, el salto entre especies se da porque algunos elementos de los ecosistemas que frenan la expansión de los patógenos son muy escasos o ya no existen. Virus, bacterias, hongos y gérmenes de todo tipo campan a sus anchas sin un 'centinela' que limite su expansión o avise de su existencia. En este contexto, la manera más efectiva y económica de proteger las personas es controlando los patógenos zoonóticos y el animal de origen. Para entenderlo con un ejemplo: lo más útil para erradicar la rabia entre humanos es vacunar a los perros contra la rabia. La salud, por tanto, depende de una estrategia global que implica a todas las partes: humanos, animales y ecosistemas. Esta estrategia global se llama 'One Health', una única salud.
El concepto 'One Health' reconoce que la salud de las personas está conectada con la salud de los animales y del medio ambiente. Se trata de un enfoque colaborativo, multisectorial y multidisciplinario que implica a todos los ámbitos y administraciones. Para la OMS, es una idea concebida para diseñar y aplicar programas, políticas, leyes e investigaciones en el que múltiples sectores se comunican y colaboran para lograr mejores resultados de salud pública.
Según el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de la OMS, seis de cada diez enfermedades infecciosas que afectan a las personas son transmitidas por animales. Los seres vivos compartimos gran parte de los ecosistemas en que vivimos, y en ellos hay muchos microorganismos infecciosos que afectan tanto unos como otros. Por esta razón, es necesario destinar los mismos recursos y estrategias en los tres ámbitos, y ser conscientes de que un cambio en cada ámbito, ya sea entre humanos, animales o medioambientales, tiene consecuencias en los otros.
Las áreas de trabaja en las que más se aplica 'One Health' es la salud alimentaria, el control de la zoonosis y la lucha contra las súper-bacterias, organismos que tras estar expuestos a antibióticos se vuelven más difíciles de destruir.
El concepto de 'One Health' se introdujo a principios de este siglo. Sin embargo, desde hace años, biólogos y veterinarios han reclamado la coordinación de todas las áreas que comprenden las ciencias de la salud. Por poner solo un ejemplo, en 1920 se crea el Cuerpo de Veterinarios y su lema es precisamente 'Higia pecori salus populi': la higiene del ganado es la salud del pueblo. Entonces ya se era consciente que el estado de los animales destinados al consumo humano era determinante para la salud pública. Sin embargo, en estos 100 años poco se ha avanzado, al margen de los controles veterinarios obligatorios en cárnicas y otras industrias en las que participan animales.
La diferencia respecto a épocas anteriores es se suman varios factores que han alterado las interacciones entre las personas, los animales y el medio ambiente, lo que ha dado lugar a la emergencia o la reemergencia de muchas enfermedades. Dos factores de importancia capital son el crecimiento poblacional y la movilidad, la mayor conocida hasta la fecha. En 2020, según datos de la ONU, 7,7 millones de personas pueblan la Tierra. Estamos en constante crecimiento y nos expandimos hacia nuevas zonas geográficas. Como consecuencia, el contacto entre personas y animales, tanto domésticos como salvajes, cada vez es más frecuente. Además, el turismo y los viajes a gran escala han favorecido la transmisión de enfermedades entre animales y personas, ya que han aparecido nuevas oportunidades de contacto entre humanos, animales y nuevos territorios.
El cambio climático, la deforestación y la ganadería intensiva también han favorecido la dispersión de muchos patógenos por todo el planeta: la tormenta perfecta de la expansión de enfermedades.
'One Health' también es un importante recurso para la investigación médica. Por ejemplo, la información sobre los virus de la gripe circulantes en animales es vital para seleccionar los virus con los que se fabricarán vacunas humanas contra posibles pandemias de gripe. Por su parte, los microbios farmacorresistentes se pueden transmitir entre animales y humanos mediante el contacto directo y mediante alimentos contaminados, de modo que para contenerlos es necesario adoptar una estrategia coordinada en los ámbitos humano y animal.
Para prevenir y detectar brotes de zoonosis y problemas de inocuidad de los alimentos y responder ante ellos, los profesionales de la salud pública, salud animal, vegetal y medio ambiente deberían compartir los datos epidemiológicos y de laboratorio. En consecuencia, los funcionarios gubernamentales, los investigadores y los profesionales de todos los sectores, desde el ámbito local al mundial, deberían responder de manera conjunta a las amenazas sanitarias.
Hasta el momento, la OMS colabora estrechamente con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE), pero la colaboración entre todas las áreas que conforman las ciencias de la salud está lejana. La propia evolución demográfica y social de los países, sus sistemas sanitarios (algunos de ellos débiles o inexistentes), sus culturas y estilos de vida hacen que normalizar algunas cuestiones de salud pública sea tarea compleja. Casi imposible. Por esta misma razón, y en plena pandemia, la idea de implantar 'One Health' a gran escala resulta urgente.