Estás harto. Harto de verte en el espejo y tener ese diente mal colocado, de no sonreír en las fotos, de medio taparte la boca al hablar. Ha llegado el momento de cambiarlo. La ortodoncia sí es una opción para ti. No te engañes.
"Muchos pacientes me preguntan si no es demasiado tarde, si se les van a mover los dientes", cuenta Tarek El Halabi, vocal del Colegio de Odontólogos y Estomatólogos de Madrid (COEM), "pero es todo lo contrario, mejora la higiene bucal y la salud. Además en muchos casos es un paso previo, por ejemplo, a la colocación de carillas", explica.
El tratamiento bucodental ha evolucionado mucho con los años. "Cuando se comenzaron a colocar ortodoncias se pensó que era para personas en crecimiento, pero los estudios demuestran que los fenómenos de resorción y aposición ósea no desaparecen en la edad adulta", apunta Manuela Escorial, odontóloga de la Dirección Médica de Sanitas Dental. "Aunque la respuesta es más lenta", añade.
Sin embargo, aunque tome algo más de tiempo, conlleva una serie de ventajas. Parece evidente que al alinear los dientes, se eliminan los apiñamientos y, por tanto, la higiene es mucho más completa. El aparato digestivo también agradecerá tu decisión.
Muchas veces los problemas de mordida están asociados con la masticación deficitaria, lo que implica que los alimentos no sean fácilmente digeribles. Por otro lado se evita el desgaste dental y las lesiones articulares. Por ejemplo, se pueden solventar los dolores maxilares y de cuello; y también los episodios de bruxismo.
Antes de nada, "hay que tener claro que ninguna contraindicación es absoluta, es decir, que una vez que la patología concreta esté controlada se puede proceder al tratamiento, siempre haciéndolo de la mano de médicos especialistas", aclara El Halabi.
Lo que sí es cierto, es que "desde un punto de vista de la salud general, existen una serie de enfermedades avanzadas con las que no se recomienda colocar ortodoncias", explica Escorial. La odontóloga afirma que esta sugerencia es para:
"Uno de los casos más claros es el de las personas con problemas de riñón. Para ellos probablemente no sea el momento de colocar un aparato", comenta Manuela Escorial. Esto se debe a que esta patología puede estar asociada a la pérdida de hueso en la mandíbula, problemas con la masticación, un aumento en la enfermedad de la placa y de las encías, inflamación de las glándulas salivales de la boca. Incluso con la pérdida de dientes.
"Las personas con osteoporosis que se estén medicando con bifosfonatos (fármacos muy efectivos para tratar problemas óseos) deben evitar la colocación de ortodoncias durante el tratamiento", explica la odontóloga. La razón es los efectos secundarios de estos medicamentos que "pueden provocar necrosis del paladar y de la mandíbula", añade.
Para la colocación del aparto hay que realizar una serie de pruebas que no son recomendables durante la gestación, como por ejemplo las radiografías. Además, los cambios hormonales que se producen durante el embarazo, vuelve a las pacientes más propensas a sufrir infecciones bucales como gingivitis.
La enfermedad periodontal es una de las patologías que más se encuentra en adultos mayores. "En este caso hay que tener en especial cuidado. Es importante que el paciente se cure y tenga las encías sanas antes de poder proceder a este tipo de tratamientos", explica El Halabi. Durante la ortodoncia se aplica una fuerza sobre los dientes que puede generar una reacción inflamatoria, por lo tanto es importante que los tejidos de soporte del diente estén estabilizados y sanos.
Son los denominados trastornos de la articulación temporomandibular y sus síntomas pueden empeorar con la colocación de una ortodoncia. Además, el tratamiento de estas patologías suele incluir el uso de una férula de descarga, incompatible con otro tipo de aparato.