No hay mesa de Navidad sin turrones blandos, duros, mazapanes, peladillas, garrapiñadas y un largo etcétera de dulces que rematan el menú para terminar de caer redondos y, en ocasiones, con algunos problemas bucodentales.
Brackets de una ortodoncia que saltan, dientes partidos,aparición de caries, inflamación de encías, muelas que empiezan a doler 'inesperadamente'... son solo algunos de los casos que pueden acabar con una visita de urgencia al dentista-ortodoncista para intentar solventarlo lo antes posible.
¿Pero hay una relación entre turrones / comidas navideñas y problemas de salud en la boca? Para el presidente de la SEDO, el Doctor Juan Carlos Pérez Varela, "la mayoría de los dulces típicos navideños son muy poco recomendables desde el punto de vista de la salud oral, sobre todo si se lleva ortodoncia porque pueden desprender el aparato de ortodoncia que se lleve (sobre todo si se llevan brackets, pero también si se llevan alineadores transparentes o ataches)".
Además, el turrón blando y los polvorones tienen dos riesgos añadidos, porque es fácil que se queden restos en las fosas y fisuras de los dientes y, como cualquier alimento pegajoso, blando y dulce favorecen un mayor riesgo de caries. "Ninguno de ellos es recomendable porque favorecen el número de incidentes en ortodoncia pero además aumentan la propensión a las caries", explica.
Por todo ello, la SEDO lanza un aviso: "si se lleva ortodoncia o implantes hay que evitar el turrón duro, las peladillas o las garrapiñadas, ya que puedan dañar los aparatos. Si se despega un bracket, una banda o un arco se sale del sitio, comer con normalidad será muy complicado".
Turrón duro: a pesar de ser más saludable por contener menor cantidad de azúcar puede provocar microfracturas en los dientes (con o sin ortodoncia o implantes), dañar los aparatos ortodóncicos y romper los empastes. Las partes más pegajosas y duras se pueden quedar escondidas entre las encías y los brackets, lo que puede acabar provocando una inflamación.
Marisco: no solo existen problemas con los turrones. En muchas ocasiones vemos a familiares rompiendo con los dientes las pinzas del buey de mar, y eso es un craso error. Lo mejor que puede pasar es que, tanto en aquellos que lleven ortodoncia como los que no, se les dañe el esmalte y se astillen o fracturen las piezas dentales.
Picoteo entre horas: según afirman desde la SEDO, "cuando el pH de la boca baja de 5,5 hay más riesgo de sufrir caries, y esto puede ocurrir si estamos picoteando durante todo el día porque se genera un ambiente más ácido en la boca". Por eso, lo mejor es únicamente comer dulces a la hora de la comida en lugar de hacerlo de una manera constante a deshoras.
Ojo con el alcohol: es habitual que, en esta época, incrementemos el consumo de alcohol en las comidas y en los aperitivos. En este caso, "es mejor decantarse por el vino tinto, ya que el blanco y el cava son más agresivos para el esmalte y el cemente de la raíz central. Los niños, en la medida de lo posible, deberían sustituir los zumos y bebidas carbonatadas, que desgastan el esmalte dental, por leche y agua", indican.
Además de los consejos para tener cuidado con determinados alimentos, desde la SEDO también inciden en que, a pesar del cambio de rutina de estos días, no hay que olvidar la rutina de higiene oral. Para ello, recomiendan que, si vas a comer fuera de casa, lleves un cepillo de dientes contigo, aunque no sea el que usas habitualmente. Para ello te puede servir cualquiera de un kit de viaje.
En el caso de que te hayas olvidado del cepillo de dientes, también podrías optar por masticar chicle sin azúcar "ya que favorece la producción de saliva y neutraliza la acidez de los alimentos, aunque también serviría comer una manzana a mordiscos para que limpie la superficie de los dientes y estimule la producción de saliva".
Por último, aconsejan utilizar un protector bucal en el caso de que vayas a practicar deportes como esquí o patinaje sobre hielo, cuyo riesgo de caída es bastante alto.