Los beneficios de la parafina: de aliviar la artritis a hidratar pies y manos
La parafina se suele conocer por sus beneficios estéticos, pero también puede tener beneficios medicinales sobre algunas patologías
Antes de utilizarla, un médico debe valorar si puedes o no, ya que presenta algunas contraindicaciones que podrían perjudicarte más que beneficiarte
Seguro que más de una vez has visto un aceite que te recuerda a la cera de las velas. Es la parafina, normalmente utilizada con fines estéticos, ya que se encuentra en la composición de muchos productos de belleza, como cremas o protectores de labios. Esta sustancia también tiene sus propios efectos terapéuticos, mucho más desconocidos para la población, pero lo cierto es que el calor corporal que transmite puede ser beneficioso para el tratamiento de algunas patologías como la artritis o la artrosis. Pero cuidado, también tiene sus propias contraindicaciones y riesgos que podrían terminar siendo perjudiciales para la salud, por lo que siempre se debe aplicar tras consultarlo a tu médico. Así, te enseñamos las dos caras de la parafina, ¿quieres saber más?
La parafina tiene un aspecto similar al de un aceite mineral, esta sustancia procede de hidrocarburos como el petróleo y de otros minerales como el carbón y, aunque puede presentarse de forma sólida, lo normal es encontrarlo como líquido. Sus dos formas de aplicación más conocidas es a través de los baños de inmersión de las extremidades o extendiéndola sobre el cuerpo cuando la zona que se va a tratar no se puede sumergir en la parafina líquida.
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Sus principales beneficios
Tal y como te contábamos, la parafina siempre ha sido conocida por sus beneficios cosméticos y estéticos, en especial por los baños de parafina. ¿En qué consisten? Por lo general, en esos baños se sumergen durante unos segundos las manos o los pies en parafina líquida para luego envolverlos en unas bolsas de plástico que se cubrirán con una toalla para que la sustancia se solidifique. Tras unos 15 minutos se retira, dando un efecto rehidratante a tus pies o manos. Asimismo, también se utiliza, aunque con menos frecuencia, en tratamientos de reducción y eliminación de grasa en zonas como las piernas o las caderas, que junto a un masaje hace que se active la circulación.
Pero el calor que transmite tras su aplicación lo ha convertido en un tratamiento con sus propios beneficios terapéuticos. Gracias a ese calor, se suele utilizar como complemento para aliviar la tensión muscular o las contracturas que se puedan sufrir. Además, en ocasiones, también es recomendable su aplicación en personas que tengan enfermedades reumáticas, como la artritis o la artrosis, pues el calor puede ayudar a suavizar las dolencias o la rigidez que provoca este tipo de patologías al impedir la correcta movilidad de algunas articulaciones.
Cuidado con sus riesgos
Aunque sus beneficios suelen ser conocidos y utilizados, no deja de ser una sustancia controvertida entre algunos especialistas, principalmente por su procedencia y composición a base de hidrocarburos. A pesar de que se utiliza como hidratante para manos y pies, algunos especialistas creen que la sustancia sólida que se crea tras los baños de parafina tapona los poros de la piel, impidiendo su correcta respiración, lo que podría terminar resultando contraproducente, ya que se podría dar el proceso contrario al que se busca, deshidratando la piel.
En lo que respecta a sus fines terapéuticos, también tiene sus inconvenientes, dado que el calor muchas veces no se aconseja cuando existe una inflamación, por lo que su aplicación no estaría recomendada cuando algún músculo o articulación lo esté. Pero no solo eso, a aquellas personas que sufran enfermedades como las varices o que tengan el más mínimo problema cutáneo, como puede ser tener la piel sensible, no se les recomienda la parafina ante las posibles reacciones que puedan surgir. De ahí que su aplicación siempre deba hacerse tras la validación de un especialista, dado que podría terminar resultando perjudicial para tu salud.
La parafina siempre se ha conocido por sus supuestas propiedades hidratantes y ahora también por su poder terapéutico o medicinal sobre dolencias musculares y algunas enfermedades reumáticas, pero ¡cuidado! Muchos expertos achacan a su procedencia de los hidrocarburos algunas contraindicaciones que pueden hacer que la balanza vaya hacia el lado negativo, pues podría poner en riesgo tu piel o no ser tan beneficiosa como parece si se sufren otras patologías. Por eso, antes de tomar cualquier tipo de decisión, lo mejor es consultar a un especialista que avale si efectivamente puedes usarla sin problema, o si por el contrario te va a traer más inconvenientes que beneficios.