En España hay casi seis millones de diabéticos diagnosticados, la mitad tienen más de 65 años. Entre ellos la diabetes tipo 2 es la más común y se trata con pinchazos subcutáneos de insulina. José tiene 96 años y es diabético desde hace 40. Se pone la inyección dos veces al día: mañana y noche, y, reconoce, que ya no sabe dónde inyectarse. "Son tantos años que las piernas, los brazos y la tripa están llenos de agujeros", nos cuenta entre risas. Por su edad y medicación, el control es fundamental y con el paso del tiempo ha aprendido a convivir con la enfermedad.
"Normalmente no como nada con azúcar, pero si llega el cumpleaños de mis bisnietos o alguna fecha especial, como la Semana Santa, me tomo el dulce de turno y me pincho un poco más". En su rutina las pruebas de azúcar son diarias y lo tiene todo apuntado meticulosamente con en un cuaderno azul. "Yo prefiero tenerlo en papel y, si el médico me pregunta, poder enseñárselo sin problema". Si le preguntamos un deseo relacionado con la enfermedad, él lo tiene claro: "olvidarme de las agujas". La petición de José está mas cerca que nunca y podría convertirse en una realidad en pocos meses.
Un equipo de investigadores, liderados por la Universidad de Nueva York y que incluye científicos españoles, ha desarrollado un medicamento que se administra por vía oral, es decir, una pastilla, que evitaría las inyecciones a los enfermos. Se trata de unas nanopartículas que son resistentes a los ácidos del estómago y que son capaces de administrar la dosis exacta de insulina que necesita cada persona diabética en sólo dos horas y evitando cualquier tipo de sobredosis.
Pese a que todavía no está a la venta, este nuevo fármaco ha sido probada en pacientes y sus creadores consideran que es revolucionaria ya que mejorará la calidad de vida los 463 millones de diabéticos que hay actualmente en el mundo, una enfermedad situada como la séptima causa de mortalidad.
"Esta tecnología responde rápidamente a una elevación del azúcar en sangre, pero se apagará también rápidamente para evitar una sobredosis de insulina y así mejorará drásticamente el bienestar de los pacientes diabéticos", ha explicado la investigadora de Farah Benyettou, que trabaja en la sede de la Universidad de Nueva York en los Emiratos Árabes.
Pese a que seguiría implicando pinchazos, otra de las innovaciones que se están planteando en el campo son inyecciones semanales que sustituirían a las diarias y conseguirían una menor tasa de episodios de bajada de azúcar. El ensayo, que se encuentra en fase 2, está siendo llevado a cabo por la Endocrine Society, con sede en Washington (Estados Unidos) y se espera que pronto cuenten con la aprobación de la FDA.
"Los resultados de este estudio demuestran que la insulina Fc es prometedora como insulina basal de una sola semana y podría suponer un avance en la terapia de la insulina", ha explicado el investigador principal del estudio y director médico del Instituto Nacional de Investigación de Los Ángeles (California), el doctor Juan Frías. La reducción del número de inyecciones con la insulina semanal puede mejorar la adherencia a la terapia de insulina, lo que podría derivar en mejores resultados para los pacientes.