Limpiamos más que nunca. Y con razón. La higiene es importante y a veces, lo llevamos al extremo. No te vengas arriba. También entraña sus riesgos. En este momento la lejía se ha convertido en nuestra compañera de batallas y el alcohol, también. Te contamos qué productos no puedes mezclar bajo ningún concepto para no llevarte un susto y no poner en riesgo ni tu salud ni la de los que viven contigo (incluidas tus mascotas).
Como regla general, según nos recomienda la OCU, la lejía no se debe mezclar con ningún otro producto de limpieza ya que se pueden producir reacciones químicas peligrosas. Especialmente cuando se hace con:
Desde la Organización de Consumidores lazan una serie de recomendaciones para ya que la utilizamos, lo hagamos de la forma correcta para maximizar su eficacia y reducir al mínimo su riesgo.
Vinagre y agua oxigenada: la mezcla de estos dos productos, aparentemente inofensivos por separado, genera ácido paracético que, en concentraciones alta, irrita y daña la piel, ojos, garganta, nariz y pulmones.
La obsesión por una limpieza excesiva no pone en riesgo solo nuestra salud si no que también la de nuestras mascotas. Desde que comenzó la crisis del coronavirus se ha podido ver en redes sociales imágenes de perros y gatos con las patas quemadas debido a que sus dueños han empleado lejía en exceso en casa o porque, directamente tras los paseos, se han higienizado sus patas con este producto.
Cuando limpiamos una habitación debemos tener especial cuidado de dejar la puerta cerrada con nuestra mascota fuera hasta que se seque. Así evitaremos que se reboce en el suelo y después se lama las patas y se intoxique. Es especialmente necesario con los gatos, ya que el olor de este producto les genera una gran atracción y tienden a acercarse a él.
Si nuestro animal ingiere este producto experimentará dolor estomacal, vómitos, diarrea y, en casos graves, incluso dificultad respiratoria y convulsiones. La plataforma Mundoperros recomienda, en estos casos, lavarle la boca con agua y darle 30 ml de leche por cada 3 kg de peso, con esto se reducirá el ácido de la lejía presente en el estómago. No obstante, este producto puede provocar quemaduras internas en el animal por lo que es importante acudir a un veterinario de urgencia a que le hagan lavado estomacal y lo examine.
Respecto a la higiene tras los paseos, desde la plataforma Somospetfriendly recuerdan que la limpieza con agua y jabón de sus patas y hocico será suficiente. Otra opción es hacerlo con agua oxigenada o con un poco de alcohol diluido en agua, pero sin excederse. Y aseveran que jamás se debe utilizar lejía ya que lo único que se logra es quemar la piel del animal y provocarle dolor.
El Ministerio de Sanidad pone a disposición de los ciudadanos un Servicio de Atención Toxicológica al que se puede recurrir en caso de un accidente de este tipo. Desde aquí recomienda que tras una pequeña ingesta de lejía se debe evitar el vómito. En su lugar es mejor ingerir un vaso de agua o leche más una clara de huevo batida. Si la ingesta es importante se debe acudir a urgencias de inmediato.
Pasos a seguir si cae sobre nuestra piel u ojos:
En el caso de que salpique en los ojos se debe: