Irse al pueblo es mejor que cerrar fronteras para frenar la pandemia, según un estudio
"Permitir el libre movimiento de personas de regiones de alta a baja densidad es beneficioso para el sistema en su conjunto, aunque a costa de una mayor tasa de incidencia en el área de baja densidad"
El estudio plantea que se permitan movimientos unidireccionales hacia zonas rurales poco pobladas
Que las grandes urbes con una densidad de población elevada son los mayores focos de coronavirus no es ninguna novedad. Cuanta más gente, más riesgo, más movimiento, transportes públicos más abarrotados… solo hace falta ver la virulencia con la que Madrid y Barcelona han sido azotadas, o poner la vista en Nueva York que vuelve a cerrar los colegios por un repunte drástico de casos. Contra esto y a la espera de una vacuna, de momento, lo único que tenemos son medidas restrictivas que limiten movimientos y aforos. Sin embargo, un reciente estudio publicado en la revista Chaos y titulado 'Restricciones de viaje durante las pandemias: ¿una estrategia útil?' asegura que, si en lugar de cerrar regiones, se animase a la población a irse a zonas rurales en las que la situación es mucho menos critica, los números irían mucho mejor.
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El problema de esta hipótesis que plantean es el desacuerdo de los gobiernos locales que quieren mantener a su población segura y no quieren recibir una ola de casos importados de esa gente que viene de la ciudad. Pero los investigadores aseguran que "permitir el libre movimiento de personas de regiones de alta a baja densidad es beneficioso para el sistema en su conjunto, aunque a costa de una mayor tasa de incidencia en el área de baja densidad".
Para conseguir un acuerdo, plantean la posibilidad de hacer test obligatorios antes de la entrada al municipio consiguiendo que solo las personas sanas puedan entrar y que, una vez en la zona rural, se limite su movilidad. Es decir, que este modelo no habla de eliminar las limitaciones de movilidad de forma generalizada, sino que solo se permitan movimientos unidireccionales, una vez que estás en la residencia secundaria, debes quedarte allí hasta que acabe la pandemia.
Un sacrificio por el bien común con algún fleco suelto
La base del estudio fueron 10.000 interacciones que simularon cómo eran la propagación de la enfermedad en grandes urbes cerradas, en las que la gente se desplaza para ir a trabajar, a comprar, etc. y cómo sería si se permitiese una migración unidireccional a zonas rurales y los resultados, aseguran, fueron concluyentes y que estos movimientos son mucho mejores para las cifras globales. "Se debe considerar la posibilidad de hacer sacrificios a pequeña escala para alcanzar un beneficio global. La gente siempre asume que cerrar fronteras es bueno. Pero descubrimos que casi siempre es malo”, apuntan el estudio.
Otro de los problemas que presenta este estudio es que no se tiene en cuenta la presión diferencial de los sistemas regionales de salud, que suelen dimensionarse en función de la población habitual del área que atienden. Por ello, mover muchos casos de zonas muy pobladas a otras que no lo son tanto, puede provocar una presión demasiado elevada en estas localidades.