Debajo del esternón, más o menos en la boca del estómago, en el lugar de la sexta vértebra torácica. Allí es donde se sitúa el dermatoma T6, una región dérmica inervada por una raíz de la médula espinal sobre la que gira la última y una de las más eficaces terapias contra la obesidad: la neuroestimulación del dermatoma T6, también conocida como el 'pinchazo anti-hambre'. Este innovador tratamiento consiste en una pequeña descarga eléctrica realizada en este punto del estómago que ayuda a reducir de manera notable el apetito.
Aunque parece algo drástico, en realidad se trata de un tratamiento comúnmente utilizado en la medicina tradicional china. En España ya se venía utilizando en numerosos hospitales aplicado en otras zonas para dolencias como, por ejemplo, la incontinencia urinaria.
El tratamiento ha saltado a clínicas y centros de estética como fórmula complementaria a los planes de adelgazamiento y ha resultado eficaz en personas con sobrepeso y obesos no mórbidos. Hasta el momento, la estimulación del dermatoma T6 parece un tratamiento óptimo asociado a un plan alimentario individualizado, especialmente entre aquellas personas que han tenido varios intentos fallidos de pérdida de peso. Sin embargo, no es un tratamiento efectivo parar las personas que tienen hambre emocional, como cuando se come de manera compulsiva parar calmar la ansiedad. El 99% de las personas tratadas con esta terapia ha logrado una reducción de peso significativamente mayor que los no tratados, según estimaciones del centro estético Mira + Cueto, uno de los establecimientos donde se aplica esta terapia.
El tratamiento consiste en la neuroestimulación de un punto de la pared abdominal empleando una finísima aguja de acupuntura conectada a un equipo de electroestimulación. El pinchazo crea un reflejo que actúa sobre el nervio encargado de estimular la pared gástrica. Se logra así una reducción del apetito de dos formas: distendiendo la parte superior del estómago (lo que se conoce en medicina como el ‘fundus’ gástrico, que propicia un vaciado del estómago más lento y, por tanto, mayor sensación de saciedad, y disminuyendo la secreción de determinados péptidos en el estómago, especialmente la grelina, cuya disminución también contribuye a eliminar la sensación de hambre.
Alrededor de un tercio de la población en los países desarrollados es obeso o tendrá algún grado de sobrepeso. Dejando de lado la estética, la obesidad es un factor de riesgo para la salud que influye en el desarrollo y la progresión de diversas enfermedades como la hipertensión, la enfermedad isquémica del corazón, la diabetes tipo 2 o la apnea del sueño, entre otras. El índice de masa corporal está directamente relacionado con el riesgo de mortalidad, al tiempo que limita la actividad de las personas y puede conducir a trastornos emocionales. Evitar, por tanto, la obesidad, es una cuestión de salud en la que está implicada no sólo los centros o clínicas de estética, sino el sistema médico sanitario en su totalidad. Hospitales como el de Elche, en la unidad de Cirugía Bariátrica, el de Arganda del Rey o el Severo Ochoa de Leganés, ambos en Madrid, han realizado un estudio clínico, dirigido a más de 100 obesos mórbidos, con el fin de adoptar este tratamiento para evitar cirugías de mayor riesgo, como la colocación del balón gástrico.
El estudio ha demostrado que los pacientes en los que se ha realizado la estimulación del dermatoma T6, combinado con una dieta de 1.200 calorías, no solo han perdido más peso que el resto (más de cinco kilos), sino que también han sido capaces de proseguir con la dieta más de 12 semanas. El 90% de los tratados con esta terapia sintió menos hambre y pudo llevar a cabo un régimen hipocalórico más tiempo, frente al 56% de los no tratados.
En el estudio tampoco se registra ninguna contraindicación ni efecto secundario. ¿Estamos más cerca de perder peso sin pasar hambre? ¿Es aconsejable controlar el peso a través de este tipo de métodos? Los expertos coinciden en que el primer paso es ser consciente de la importancia de la alimentación, seguir las bases de la dieta mediterránea y practicar un estilo de vida activo. Cuanto menos dependamos de dietas, pinchazos o intervenciones médicas, más saludables nos mantendremos. En medicina, prevenir siempre es curar.
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