Pistas de la pérdida de visión silenciosa: una de cada 200 personas mayor de 40 años tiene glaucoma
En España se estima que esta enfermedad afecta a más de 600.000 personas y es la segunda causa de ceguera en el mundo
El principal problema del glaucoma pasa inadvertido, ya que no produce síntomas hasta que se pierde la visión
El control de la presión intraocular puede evitar y ralentizar el curso de la enfermedad
La vista es uno de los sentidos más preciados que tenemos y, en ocasiones, no somos conscientes de los riesgos que existen asociados a ella. Uno de los más peligrosos es el glaucoma, un grupo de afecciones oculares que dañan el nervio óptico y cuya salud es vital para tener una buena vista. Su principal problema es que pasa inadvertido ya que no produce síntomas hasta que se pierde la visión de forma irreversible. De acuerdo con la Asociación Mundial del Glaucoma, se estima que una de cada 200 personas de 40 años tiene glaucoma. A los 80 años la proporción se dispara y pasa a ser de una de cada ocho.
Factores de riesgo y tratamiento
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En España, lo padecen unos 600.000 mayores de 40 y aproximadamente la mitad no lo sabe debido a que los controles de detección precoz no están lo suficientemente estandarizados y por lo tanto, cuando se diagnostica, no se puede ralentizar ni detener su curso.
Entre los factores de riesgo más comunes se encuentra la edad, los antecedentes familiares, ya que tiene un componente hereditario importante, la presión intraocular elevada, el empleo de corticoides, traumatismos en la zona y algunas patologías oftalmológicas predisponentes.
"Para conseguir detener o ralentizar el avance del glaucoma es preciso establecer un valor para la presión intraocular de cada paciente. Este valor individual es el que debemos tratar de conseguir para detener la progresión de la enfermedad. Hay distintas opciones, como el empleo de colirios, la colocación de válvulas especiales, el tratamiento con láser Argón y otros abordajes para casos más complejos, como la cirugía, que será más o menos invasiva en función de la situación del paciente y el grado de avance de la enfermedad", ha señalado la Dra. Valeria Opazo, experta en glaucoma del Hospital Sanitas Cima.
Cómo diagnosticarlo a tiempo
Como hemos comentado, al ser una enfermedad silenciosa, su diagnóstico requiere de un estudio en profundidad de la forma y color del nervio óptico, el campo visual completo, el espesor corneal y, sobre todo, conocer y ver la evolución de la presión intraocular. "Cuanto antes se diagnostique la enfermedad, menos visión se perderá y tendremos mayores probabilidades de controlarla correctamente", apunta la doctora.
Como no se puede recuperar la pérdida de la vista debido al glaucoma, es importante realizarse exámenes oculares periódicos que incluyan mediciones de la presión ocular para poder realizar un diagnóstico en las etapas iniciales y tratarlo adecuadamente.