Está llegando el frío, incluso ya se ha instalado en casi todos los puntos del país cuando cae la noche. Cada uno lo lleva como puede porque las temperaturas corporales son muy personales. Sin embargo, en Uppers hemos comprobado que ellas suelen necesitar más capas que ellos. Hemos revisado las conclusiones de varios estudios que responden a por qué las mujeres sienten más frío que los hombres.

Existe una razón científica que demuestra que la sensibilidad ante una menor temperatura exterior depende del metabolismo y de la masa muscular. En principio, casi todas las investigaciones llevadas a cabo al respecto han determinado que la temperatura corporal es igual sin importar el sexo.

No obstante, según los resultados de un estudio llevado a cabo por la Facultad de Medicina de la Universidad de Maryland en Estados Unidos, aunque la temperatura varía en función de la persona concreta, una vez van avanzando los días, la de las mujeres es más alta que la de los hombres. Esto provoca que el cuerpo de ellas está acostumbrado a permanecer caliente, con lo que sienten el aire frío más fresco por ese mayor contraste.

Christopher Minson, experto en la regulación de temperatura de la Universidad de Oregón, Estados Unidos, asegura que la temperatura corporal en ambos es la misma, habitualmente 37ºC, pero la perciben de forma distinta. En las mujeres influye el tamaño de su cuerpo que suele ser más pequeño en comparación con el del hombre. Implica que ellas tienen menos masa muscular lo que genera que su cuerpo se enfríe con mayor facilidad.

En la temperatura, además de estar implicada la masa corporal, influye el metabolismo. Son todos los procesos químicos que aportan al organismo la energía necesaria para desempeñar las funciones vitales en estado de reposo. Se activa cada célula para que cumpla con su función concreta. Esa energía nos permite respirar o hacer la digestión.

El Journal of Applied Physiology publicó un artículo en el que se afirma que la tasa metabólica de los hombres es un 23% más alta aproximadamente que la tasa metabólica de las mujeres. Esta diferencia responde a que el organismo de ellas es más frío. Al contar con una tasa más baja se genera menos calor y en consecuencia se tiene frío antes. El organismo transporta sangre cálida a los órganos vitales desde las extremidades del cuerpo, lo que además genera que en primer lugar se enfríen los pies y las manos.

Por otro lado, a mediados de octubre pasado la revista Global Ecology and Biogeography se hizo eco de que la razón por la cual las mujeres tienen más frío que los hombres está relacionada con la reproducción. Además, no se trata de una diferencia exclusiva de la raza humana, sino que, en muchas especies de aves y mamíferos, los machos prefieren una temperatura más fresca que las hembras. El estudio fue realizado por los doctores Eran Levin y Tali Magory Cohen, de la Facultad de Zoología y el Museo Steinhardt de Historia Natural de la Universidad de Tel Aviv; por Yosef Kiat, de la Universidad de Haifa; y por el doctor Haggai Sharon, especialista en dolor de la Facultad de Medicina Sackler de la Universidad de Tel Aviv y del Centro Médico Sourasky de Tel Aviv.

Según destacaron los investigadores, esta percepción distinta de la temperatura “es una diferencia evolutiva incorporada a los sistemas de detección de calor de ambos sexos, que está relacionada, entre otras cosas, con el proceso de reproducción y el cuidado de las crías". Todo esto explica, por qué, tanto en razas de animales como en los humanos, “las hembras tienden a establecer mucho más contacto físico entre ellas, mientras que los machos mantienen más distancia y rehúyen el contacto entre sí”.

Para llegar a estas conclusiones, se apoyaron en el comportamiento de más de 11.000 aves y murciélagos. Los machos buscan una temperatura más baja que las hembras lo que les conduce a una separación entre los sexos en determinados periodos de cría o cuando ambos sexos no se necesitan.

Los investigadores también apuntan que hay diferencias en los mecanismos neuronales responsables de las sensaciones. Una explicación evolutiva está en que la separación entre machos y hembras reduce la competencia por los recursos del entorno y aleja a los machos agresivos de las crías. Igualmente, muchas hembras de mamíferos deben proteger a sus crías cuando aún no son capaces de regular su temperatura corporal y por ello buscan un clima más cálido.