¿Por qué no deberías beber el agua del primer chorro que sale del grifo?
El agua del grifo de España es, por lo general, apta para el consumo y de alta calidad
A pesar de su calidad, el estancamiento del agua y el tiempo que permanece en las tuberías puede hacer que aumente su concentración de níquel
Para evitar riesgos, desde la EFSA y la AESAN recomiendan que no se beba el agua que sale del primer chorro del grifo
Démosle a la imaginación: ahora que las lluvias y las bajas temperaturas parece que remiten y que el verano está ya a la vuelta de la esquina, decidimos salir a correr por eso de ponernos en forma. Tras una buena caminata, llegamos a casa empapados de sudor y con la boca seca, entramos en la cocina, abrimos el grifo y nos servimos no uno, sino dos vasos de agua bien fresquita. ¿Te suena?
Por norma general, el agua del grifo de España no solo es apta para el consumo, sino que además es de buenísima calidad. A pesar de que puede haber diferencias de sabor entre las distintas provincias de nuestro territorio, y de que en algunos lugares es necesario poner un filtro para eliminar la cal y el mal sabor del cloro del mar, la realidad es que en prácticamente cualquier lugar del país puedes servirte un vaso de agua del grifo sin poner en riesgo tu salud.
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Vamos, que el agua de Madrid no es la única que está buena. De hecho, y según un antiguo estudio de la OCU sobre el agua de las distintas ciudades del país, el agua de mejor calidad de nuestro país no se encuentra en la capital, como parece que proclama todo el mundo, sino en Las Palmas, Burgos y San Sebastián.
En el extremo contrario de esta balanza, la OCU señala a Palma de Mallorca, Huelva, Barcelona, Logroño, Ciudad Real, Arándiga y Lebanza, que son, de acuerdo a sus análisis, las únicas siete ciudades en las que la calidad del agua es mala. Aunque, eso sí, sus deficiencias no son tantas como para que el agua sea no potable.
¿Por qué no deberías beber del primer chorro de agua que sale del grifo?
A pesar de que el agua del grifo de nuestro país es potable y de calidad, a la hora de beber es recomendable que sigamos precauciones para evitar poner en riesgo nuestra salud.
Uno de estos consejos es que evitemos beber el agua que sale del primer chorro del grifo. ¿Suena raro? Pese a lo extraño que pueda parecer, lo cierto es que desde la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) llevan haciendo esta recomendación desde 2005, que se dice pronto, y que este consejo aparece recogido en la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN).
Los motivos detrás de este consejos no son otros que el tiempo de estancamiento del agua y el tiempo que permanece en las tuberías, dos factores que pueden afectar a su calidad. En concreto, el riesgo aparece por el níquel, un metal que, en algunos casos, puede ser tóxico y perjudicial para nuestra salud.
A pesar de que, por norma general, los niveles de níquel que el agua puede llegar a presentar son reducidos y tolerables para la gran parte de la población, puede darse el caso de que esta cantidad aumente y cause un problema de salud a sus consumidores, sobre todo si estos son alérgicos. Por eso, y para evitar posibles riesgos, es recomendable que dejemos correr un poco el agua antes de servirnos el primer vaso.