Adiós miedos y vergüenzas, es hora de visitar al urólogo por primera vez
El dilema de cuándo pisar por primera vez la consulta del urólogo. No tengas vergüenza, acudir regularmente es un gesto de responsabilidad. ¿Quieres saber cuándo debes empezar a ir?
Las mujeres tienen claro cuándo empezar a acudir a revisión ginecológica. Quienes parecen no tenerlo suficientemente claro son los hombres. Muchos pueden pasarse toda una vida sin visitar al urólogo, un error muy frecuente. Otros deciden pedir cita cuando notan molestias. Pero, ¿no es mejor ir a revisiones periódicas? Las mujeres lo hacen, ¿por qué no lo ibas a hacer tú también? Los problemas sexuales o de próstata son igual de importantes que cualquier otra enfermedad, prevenirlos, tratarlos y curarlos siempre es una prioridad. Por eso, a la más mínima molestia se debe acudir, pero a partir de los 50, las visitas deberían estar en tu agenda.
En muchas ocasiones es un tema tabú. Ir al urólogo se ve públicamente como tener problemas sexuales, lo que lleva a muchos hombres a ocultarlo. Nada más lejos de la realidad. Acudir al urólogo es un gesto de responsabilidad con la salud del propio paciente, y más si se padece alguna enfermedad relacionada con la especialidad o si el paciente cree tener molestias.
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El problema viene en que muchos jóvenes, por el simple hecho de serlo, creen que no tienen que ir al urólogo. Su juventud les libra de padecer enfermedades o problemas sexuales. Otro error más. Por eso, hoy te explicamos cuándo es necesario empezar a acudir al urólogo y en qué consiste esa primera visita.
La primera visita
Las distintas asociaciones de urología no dan una edad exacta para realizar la temida primera visita al urólogo, pero si coinciden en establecer esa edad entre los 40 y 50 años. Eso sí, cuando un paciente tiene antecedentes familiares en patologías relacionadas con la urología, la recomendación es que se acuda cuanto antes para comenzar las revisiones. De esta forma, al tener más posibilidades de padecer una enfermedad, se podrá detectar con antelación, ya que el problema es que muchas de ellas son asintomáticas durante un largo periodo, y cuando se empiezan a sentir los síntomas es más complicado revertir la enfermedad.
Lo que muchos desconocen es que el urólogo no solo se ocupa de enfermedades relacionadas con la próstata o la disfunción eréctil, la falta de apetito sexual o la eyaculación precoz. Este especialista también trata otras patologías vinculadas al aparato urinario, como las pérdidas o infecciones de orina, así como una labor oncológica, pues suelen ser los encargados de detectar tumores en la próstata, la vejiga o los testículos.
¿Cómo será esa primera consulta?
Por lo general, cuando un paciente acude por primera vez, ya lleva en su cabeza alguna consulta sobre una posible enfermedad. Francisco, con solo 32 años acudió hace un año por primera vez al urólogo tras detectar un pequeño bulto algo extraño en uno de sus testículos. Por suerte, tras una examinación del especialista no era nada grave, aunque el joven reconoce que no se había planteado nunca la visita al urólogo hasta que notó ese pequeño problema.
En esa primera visita, el especialista hace una pequeña entrevista al paciente para conocer otras posibles patologías o antecedentes y así completar el historial médico. Tras ello, lo normal es hacer el primer tacto rectal para que el urólogo determine si todo está correcto o no. Luego, este puede recomendar hacer un análisis de sangre o una ecografía urológica para completar aún más el diagnóstico.
Supera tus miedos
Acudir por primera vez y mantener la visita una vez al año te ayudará a prevenir posibles enfermedades y a mantener la próstata vigilada ante las patologías que puedan surgir con los años. De todas formas, muchos especialistas lamentan la demora de los pacientes para ir a la consulta. Muchos de ellos conviven mucho tiempo con una dolencia o un problema hasta que deciden ir. Por eso, la recomendación más lógica es, que si aún no has ido, vayas. Y si notas algo extraño, visita la consulta para salir de dudas y que el experto pueda hacer un diagnóstico fiable.
Ya lo ves, el urólogo es un médico más. Saca ese tabú o vergüenza y si crees que lo necesitas, acude a él. Si nunca has tenido ningún problema, ya sabes que entre los 40 y 50 años es la edad idónea para pisar por primera vez la consulta del especialista. Y no porque te ocurra nada, sino porque un control periódico te permitirá detectar a tiempo una enfermedad y así tratarla debidamente. Eso sí, si en tu familia existen antecedentes en enfermedades de la próstata, lo mejor es llevar un control desde joven, pues por genética las posibilidades de sufrirlas son mayores. Así que, fuera miedos, acude por primera vez al urólogo y quédate tranquilo.