"La vida sin música sería un error", decía Friedrich Nietzsche. Y el filósofo alemán no se equivocaba: no solo tiende a reducir el estrés y contribuir a un menor dolor físico, sino que, usada como terapia, sirve como tratamiento para lesiones cerebrales y combate el deterioro neurológico.
En este último punto se apoya el Amatista, un proyecto sobre musicoterapia inmersiva con tecnología 5G. El estudio está liderado por Nokia y en colaboración con diferentes creadores audiovisuales. Se ha puesto en marcha en la Residencia La Lastrilla de Segovia.
A través de la tecnología digital y gafas de realidad virtual, los participantes, en su mayoría con enfermedades neurodegenerativas, ven y escuchan desde jotas hasta canciones infantiles, que les evocan diferentes sentimientos y trasladan a otra parte de sus vidas. "Me rejuvenece", dice un residente. "¡Qué pena!", comenta otra señora. Puedes ver cómo se ha desarrollado el trabajo en el vídeo que acompaña a esta información.
El tándem musicoterapia y Alzheimer ha demostrado ser realmente beneficioso. En fases leves y moderadas, la musicoterapia ayuda a preservar las capacidades cognitivas y funcionales. En fases moderadas y avanzadas, es útil para calmar la ansiedad y reducir algunos síntomas conductuales que se producen con la demencia. En un estadio avanzado, aunque el lenguaje esté afectado, puede mantener la capacidad de entender la música y sentirla.