Según el Observatorio del Cáncer de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC), el cáncer de colon afecta a ambos sexos por igual, aunque en España es el segundo tumor más frecuente en hombres, después del cáncer de próstata, y el tercero en mujeres, tras el de mama y el de pulmón. El Observatorio también destaca que el cáncer colorrectal supone el 15,3% de todos los tumores diagnosticados en 2020.
Con estos datos tan significativos en Uppers hemos querido ahondar en lo siguiente: qué puede provocar el cáncer de colon, cuáles son los síntomas del cáncer de colon y cómo una dieta inadecuada influye en su desarrollo; porque se ha demostrado que el consumo de ultraprocesados está directamente relacionado con esta enfermedad. Por tanto, también vamos a repasar qué alimentos son ultraprocesados para que los eliminemos casi o totalmente de la cesta de la compra.
El colon es un tubo muscular y la parte más larga del intestino grueso. Conecta por un extremo con el intestino delgado y por el otro con el ano. Este tubo muscular lo forman el colon ascendente, el ciego, el colon transverso, el colon descendente, el colon sigmoide y por último el recto. Todo el conjunto constituye la parte final del aparato digestivo.
La función del colon es absorber el agua y algunos nutrientes y electrolitos de los alimentos parcialmente digeridos. La materia restante son los residuos sólidos o heces que se mueven a través de este largo tubo muscular, se almacenan en el recto y salen del cuerpo por el ano.
El cáncer puede localizarse en el colon, pero también en el recto por lo que habitualmente se le denomina colorrectal, debido a que ambas patologías comparten características comunes.
Tal como detalla la AECC, esta enfermedad se presenta en personas con una edad media de entre 70 y 71 años, pero la mayoría de los pacientes tienen más de 50 años en el momento del diagnóstico. También apunta que aparece en personas más jóvenes.
Se trata de un cáncer que da la cara cuando ya está bastante avanzado. Desde la Asociación destacan que tanto hombres como mujeres, a partir de los 50 años y hasta los 69, tienen que participar en los programas de cribado, que buscan un diagnóstico precoz a través de los servicios de salud pública. Consiste en recoger una muestra de heces en casa, con un kit diseñado para ello, para poder hacer un test de sangre oculta (TSOH). El análisis permite detectar lesiones premalignas o pólipos que en un futuro pudieran derivar en un tumor maligno. La AECC añade que el 90% de los casos podría curarse si se localizara a tiempo.
Los síntomas son vagos e inespecíficos porque todos ellos pueden aparecer en otras enfermedades benignas o malignas. A continuación, vamos a enumerar los más frecuentes y ante los que hay que acudir al profesional sanitario para consultar:
Estos síntomas también pueden ser provocados por otras causas como una infección, hemorroides, el síndrome de colon irritable o enfermedades que provocan inflamaciones intestinales. En cualquier caso, siempre hay que consultar al médico.
Al igual que sucede en muchas otras dolencias, podríamos evitar el cáncer de colon en un alto porcentaje si ponemos de nuestra parte. Sigue activa la afirmación de que hay un vínculo bien claro entre una vida y una dieta saludables y el cáncer. Los investigadores de este campo, los profesionales sanitarios y la AECC, entre otras, afirman que, por un lado, existen una serie de factores que no dependen de nosotros como la edad, un historial de pólipos, un historial de cáncer colorrectal, la diabetes tipo 2 o enfermedades inflamatorias intestinales. Pero que, por otro lado, hay factores de riesgo que sí dependen de uno mismo como son los siguientes:
En cuanto a la relación entre la dieta y esta enfermedad, el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), un centro impulsado por la Fundación "la Caixa", elaboró un estudio que ha posicionado justamente el consumo de alimentos ultraprocesados como uno de los factores que aumenta el riesgo de desarrollar cáncer colorrectal.
Esta investigación, que se ha basado en la realización de un cuestionario nutricional a unos 8.000 españoles, también ha estudiado el vínculo entre el consumo de ultraprocesados y el cáncer de próstata y el de mama. En cuanto al cáncer de próstata no se ha encontrado ninguna relación y en relación al de mama solo se ha definido un vínculo entre mujeres fumadoras y exfumadoras.
En concreto, se observaron los casos de 7.843 personas. De ellas, 1.852 tenían un diagnóstico de cáncer colorrectal, 1.486 de cáncer de mama, 953 de cáncer de próstata y el resto, casi la otra mitad, no tenía ninguna de estas enfermedades.
Primero se analizó la ingesta dietética a través de un cuestionario que recogía la frecuencia de consumo de todos los alimentos y bebidas durante un año, clasificados tal como establece el sistema NOVA.
Este sistema NOVA, desarrollado por la Escuela de Salud Pública de Sao Paulo en 2010, define cuatro grupos de alimentos según su grado de procesamiento. Los ultraprocesados son el grupo con el mayor grado porque son formulaciones industriales con más de cinco ingredientes. También suelen contener sustancias añadidas como el azúcar, las grasas, la sal y los aditivos. Ejemplos de ultraprocesados son las bebidas azucaradas, los alimentos precocinados y la bollería industrial, entre otros.
El estudio concluyó que un 10% más de consumo de estos alimentos y bebidas ultraprocesadas aumenta un 11% el riesgo de desarrollar cáncer colorrectal. Pero ¿cuál es la explicación? La fibra, la fruta y la verdura ayudan a mantener sano el aparato digestivo y su consumo es muy bajo en las personas que ingieren una mayor cantidad de ultraprocesados. Además, las bebidas y productos azucaradas, los alimentos listos para consumir o las carnes procesadas tienen un alto contenido en aditivos y otras sustancias con potencial carcinogénico.
Nosotros podemos poner mucho de nuestra parte y basar la dieta en los alimentos frescos, de temporada y en los que estén procesados, pero mínimamente. Incluso, otros estudios también han relacionado el consumo de ultraprocesados con las enfermedades cardiovasculares, la diabetes tipo 2 y un mayor riesgo de mortalidad prematura.