¿Es mejor dormir con la persiana bajada o subida?
Un grupo de neurólogos especializados en el sueño de la Universidad Northwestern de Chicago ha realizado un estudio sobre cómo afecta al organismo la exposición a la luz durante el sueño
Mientras se duerme, tanto la luz de la farola que entra en el dormitorio por no bajar la persiana como dejar la televisión encendida influye en los niveles de azúcar en sangre
La frecuencia cardiaca generalmente es más elevada cuando estamos despiertos que durante el sueño, pero una luminosidad excesiva altera ese equilibrio
A la hora de dormir cada uno somos un mundo: con pijama o sin pijama; edredón o manta; boca abajo o boca arriba; en el lado derecho o en el izquierdo; con tanta luz como en una feria o a oscuras tipo cueva. Ponerse de acuerdo implica quererse mucho porque siempre hay que ceder. Por lo menos, se acaba de publicar un estudio que determina qué es mejor, dormir con la persiana bajada o subida.
Desde Uppers hemos recogido las conclusiones de este trabajo que podría sentar cátedra para dejar de discutir con respecto a dejar las luces apagadas o encendidas para irse a la cama.
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El estudio titulado “La exposición a la luz durante el sueño afecta la función cardiometabólica” lo han llevado a cabo los doctores Ivy C. Masona, Daniela Grimaldia, Kathryn J. Reida, Chloe D. Warlicka, Roneil G. Malkania, Sabra M. Abbotta y Phyllis C. Zeea del Centro de Medicina Circadiana y del Sueño del departamento de Neurología, de la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern de Chicago. Los resultados los ha publicado la revista científica multidisciplinaria PNAS recientemente.
Lo significativo, según este grupo de investigación, es que la exposición aguda a una luz durante el sueño nocturno, que podría venir de una farola de la calle al no bajar la persiana o por dejar encendida una lámpara en el dormitorio, “afecta negativamente a la homeostasis de la glucosa a la mañana siguiente”. La exposición del organismo a esa situación noche tras noche es la que puede provocar una diabetes tipo 2 u obesidad, entre otras enfermedades, tal como afirman los investigadores.
Por qué es perjudicial una luz intensa durante el sueño
Concretamente, en el estudio se ha comprobado que un nivel de iluminación de 100 Lux habitual durante el sueño nocturno está asociado a una mayor resistencia a la insulina tras realizar una prueba de tolerancia oral a la glucosa a la mañana siguiente. Incluso han demostrado que esa luz mientras se duerme induce cambios metabólicos como la reducción de la calidad del sueño, la supresión de la producción de melatonina y la activación del sistema nervioso simpático.
Para llevar a cabo el trabajo, se seleccionaron 20 adultos sanos de entre 18 y 40 años, que durmieran normalmente de entre seis horas y media y ocho horas y media desde las nueve de la noche hasta la una de la madrugada. Además, se excluyeron del estudio aquellas personas con trastornos del sueño; apnea obstructiva del sueño; somnolencia diurna excesiva; movimientos periódicos de las piernas; trastornos de conducta del sueño o trastorno psiquiátricos; ansiedad; depresión; abuso de alimentación, alcohol o sustancias; diabetes y afecciones endocrinas; enfermedades gastrointestinales; o ceguera o pérdida de la visión.
Estas 20 personas tuvieron que ingresar en el hospital unos días para ser monitorizados principalmente durante la noche y realizarles pruebas en sangre cada ciertas horas. El primer día y el segundo durmieron con una luz tenue en la habitación (nivel de iluminación de 3 Lux) y el tercer día con una iluminación superior (100 Lux). Los resultados de las medidas de resistencia a la insulina fueron más altas cuando esa luz ambiental era superior.
Además, encontraron una relación entre los niveles de insulina y la activación del sistema simpático-vagal, que influye en el ritmo cardiaco. Igualmente, la frecuencia cardíaca nocturna fue superior también ante los 100 Lux.
En cuanto a esa resistencia a la insulina que comprobaron al día siguiente tras realizar los análisis pertinentes a los participantes, se produce cuando las células de los músculos, la grasa y el hígado no responden bien a la insulina y no pueden usar la glucosa de la sangre como energía. El organismo trata de compensarlo y por ello el páncreas genera más insulina. Con el paso del tiempo todo ello provoca que los niveles de azúcar en sangre aumenten y se desarrolle una diabetes.
El exceso de luz provoca un aumento de la frecuencia cardiaca
En relación al funcionamiento del corazón, actualmente hay evidencias científicas que han demostrado que la exposición a la luz durante el día aumenta la frecuencia cardíaca a través de la activación del sistema nervioso simpático. Las pulsaciones se aceleran y asciende el estado de alerta porque el organismo se prepara para enfrentarse a los “desafíos” que se van a suceder a lo largo de cada jornada. La frecuencia cardíaca se incrementa junto a la fuerza con la que se contrae el corazón y la velocidad a la que corre la sangre a los vasos sanguíneos para que fluya sangre oxigenada.
Lo que este estudio ha evidenciado es que dormir con una luminosidad moderada genera un efecto similar; la frecuencia cardíaca aumenta igualmente impidiendo ese descanso nocturno adecuado y reparador que el cuerpo necesita. Aunque se esté dormido, el sistema nervioso autónomo está activado, lo que no favorece al organismo. Como se acaba de explicar, por lo general, la frecuencia cardíaca, del mismo modo que otros parámetros cardiovasculares, son más altos durante el día y más bajos durante la noche, un ritmo que altera esa luz nocturna.
De este modo, los investigadores aseguran que esa excesiva luz ambiental que desprende una lámpara potente, un foco o una farola del exterior o la televisión encendida durante la noche puede ser un factor de riesgo para la salud. Crece las posibilidades de padecer enfermedades cardíacas y diabetes debido a que se ve afectada la capacidad para regular la glucosa. Por tanto, su recomendación es irse a dormir con las persianas bajadas, las cortinas corridas y la televisión siempre apagada. Creen que tan solo podría ser aceptable dormir con una luz muy tenue y de ningún modo blanca o azul.