El cerebro es el órgano más complejo y misterioso del cuerpo humano, pero gracias a la ciencia cada vez podemos entenderlo mejor. Recientemente, un estudio elaborado por investigadores de la Universidad Southwestern (UTSW) y publicado en la revistas Proceedings of National Academy of Sciences (PNAS) ha arrojado luz sobre uno de los temas que más dudas nos despiertan: la memoria.
¿Cómo funciona la capacidad cognitiva de nuestro cerebro? ¿Cómo se crean los recuerdos? ¿Cómo asimila nuestra cabeza el paso del tiempo? Es probable que alguna vez te hayas hecho estas preguntas.
La respuesta está en las llamadas “células del tiempo”, unas neuronas situadas en el hipocampo que se encargan de secuenciar nuestros recuerdos y que permiten que nos acordemos de nuestras vivencias en orden.
Estas neuronas se activan cuando formamos o intentamos recuperar un recuerdo. Hasta ahora, tan solo se habían visto en ratones, pero los científicos de la UTSW han podido detectarlas también en humanos.
El hallazgo de estas células en el hombre nos ofrece una nueva pista sobre cómo asimilamos el espacio tiempo. Para identificarlas, los investigadores tomaron como muestra a un grupo de 27 pacientes con epilepsia severa que esperaban cirugía, a los que se les implementaron pequeños electrodos en el hipocampo para analizar su actividad cerebral.
Durante el estudio, los pacientes tuvieron que leer una lista de doce palabras en treinta segundos, realizar un problema matemático y, finalmente, intentar recordar tantas palabras como fuera posible en otros treinta segundos.
Esta prueba les obligaba a asociar una palabra con un momento temporal concreto, lo que permitió que los investigadores buscasen las “células del tiempo”. Como resultado, se pudo identificar no solo este tipo de neuronas, sino también comprobar la facilidad con la que los pacientes ubicaban las palabras en el tiempo, tal y como señalan desde la UTSW.
Según los investigadores, estas neuronas permiten que el cerebro marque correctamente el orden en el que hemos vivido nuestros recuerdos. “Durante años los científicos han creído que estas células son como el pegamento que mantiene unidos los recuerdos de nuestras vidas”, apunta el doctor Bradley Lega, uno de los principales autores del estudio. “Este descubrimiento apoya la idea”.
Aparte de aportar nuevos conocimientos sobre la capacidad cognitiva de nuestro cerebro, el hallazgo de estas células del tiempo también puede ayudar a encontrar una cura para combatir la pérdida de la memoria por alzhéimer, una afección neurodegenerativa que merma la capacidad intelectual y funcional en quienes las padecen y que suma en torno al 60 y 70% de los casos de demencia en todo el mundo.
Actualmente, se estima que esta enfermedad afecta a más de 1,2 millones de personas en toda España, según los datos de la Confederación Española de Alzheimer (CEAFA), y cada año se diagnostican aproximadamente unos 40.000 casos nuevos. Además, se calcula que en los próximos años este número aumentará hasta los siete millones de pacientes.
No obstante, según los investigadores de la UTSW, entender cómo se relacionan las células del tiempo con el resto de neuronas de nuestro cerebro nos permitirá conocer cómo se forma la memoria humana y ayudar a los pacientes que presentan algún fallo en este proceso a recordar sus vivencias en un orden correcto.
“En el futuro, las técnicas de estimulación cerebral podrían recrear el proceso que siguen las células del tiempo para ayudar a la gente a recordar siguiendo una secuencia temporal precisa”, explica el doctor Lega.
A pesar de que en los últimos años se han realizado todo tipo de estudios sobre la función cognitiva de nuestro cerebro que nos ha permitido conocerla mejor, la pérdida de la memoria sigue siendo una de las principales causas de discapacidad en los adultos de la tercera edad.
Por ello, mientras esperamos que la ciencia avance en sus descubrimientos y que nos aporte una cura efectiva, es importante que detectemos los síntomas cuanto antes y que no tardemos en conseguir un diagnóstico. La desorientación, los comportamientos extraños y los despistes pueden ser cosa de la edad, pero también de una enfermedad más grave, así que, si tienes dudas, no dudes en acudir al médico.