El sistema de suministro de medicamentos en España cada vez está más regulado, hace falta receta para casi todo, pero siguen vendiéndose en cajas que incluyen, normalmente, más dosis de las prescritas por el profesional sanitario. Eso lleva a que con los sobrantes tendamos a automedicarnos en caso de volver a tener una patología con sintomatología similar. Y lo peor de todo es que no solo pasa con analgésicos, sino que también ocurre con antibióticos. Una práctica que pone en riesgo nuestra salud, sobre todo si hacemos caso a la última investigación de Harvard que revela un vínculo entre los antibióticos y el deterioro cognitivo. Te lo contamos.
Los resultados sorprenden, tanto a los investigadores como al resto de la comunidad científica. Tras analizar a más de 14.500 mujeres estadounidense durante siete años, evaluando su capacidad cognitiva tras haber consumido antibióticos, se dieron cuenta de que "las mujeres que informaron al menos dos meses de exposición a antibióticos en la mediana edad (54,7 años) tenían puntuaciones cognitivas medias más bajas siete años después". Sobre todo, en lo referido a cognición global, aprendizaje y memoria de trabajo, velocidad psicomotora y atención.
Se trata del primer gran estudio sobre el uso crónico y mantenido en el tiempo de este tipo de medicamentos y su relación el desarrollo de patologías como el Alzheimer. Durante la investigación se analizaron diferentes tipos de antibióticos: tanto los empleados para infecciones respiratorias, como para problemas dentales, acné o infecciones de orina.
La caída de la capacidad cerebral que han observado los investigadores es preocupante: en las diversas categorías de aprendizaje, respuesta y memoria, la caída equivalía a tres o cuatro años de envejecimiento normal. "Esta relación se asoció con una mayor duración del uso de antibióticos y persistió después del ajuste de muchos posibles factores de confusión", apuntan en el estudio.
Pese a la dureza de las cifras, la relación no es suficiente para probar la causalidad. Es decir, los datos no muestran que sea definitivamente el uso de antibióticos lo que produce una disminución de la cognición ya que no tienen en cuenta, por ejemplo, que las enfermedades que se trataban con la medicación pudiesen estar relacionadas también con ese deterioro mental.
Entre las limitaciones de este estudio se encuentran que no analiza ningún tipo de antibiótico en concreto y que se basa en el autoinforme para el uso de medicamentos. No obstante, es cierto que esta investigación abre un nuevo sendero que hay que seguir. "Dado el profundo efecto del uso de antibióticos en el microbioma intestinal, con estudios previos que muestran alteraciones en el potencial funcional a los dos y cuatro años después de la exposición a los antibióticos, el eje intestino-cerebro podría ser un mecanismo posible para vincular los antibióticos con la función cognitiva", concluyen los investigadores de Harvard.