Dos amigas quedan para comer en una terraza. Carmen, de 58 años, aparece con el pelo mojado porque viene del gimnasio. Durante la comida toma un solo plato. Antes, ha ingerido una pastilla de vitamina D. No prueba el dulce y ha preferido cerrar la comida con una infusión, el único líquido del almuerzo junto a una copa de vino blanco y agua. Su amiga la mira asombrada. No es la Carmen que recuerda. La Carmen que recuerda no se hubiera resistido ante la tarta de chocolate. Lo que ha ocurrido es que en estos meses de confinamiento Carmen ha visto demasiada madurez mal llevada, se ha informado y ha actuado. "Por mucho que te cuides, en torno a los 60 puedes tener algún susto", le dijo hace casi un año un médico amigo.
Vivimos pasados los 80 y existe sociológicamente una cuarta edad, a partir precisamente de la octava década. El reto es vivirlos en plenitud y estar atento a posibles escollos. "Los 60 es una edad crítica, pero desde el punto de vista de la Age Management Medicine o Medicina Antienvejecimiento, podríamos hablar de edades más tempranas como los 55, 50 o incluso 45. Pero sí es cierto que los 60 marcan un pequeño hito en el proceso de envejecimiento, fundamentalmente en la mujer", explica Alfonso Galán, médico experto en antienvejecimiento de la clínica Neolife, en Madrid.
En cuestión de envejecimiento, por tanto, hombres y mujeres no somos iguales. Y la menopausia es el factor diferencial. "Hay que recordar la enorme influencia que tiene el declive hormonal en relación con el proceso de envejecimiento. La bajada de niveles de nuestras hormonas, aquellas que tenemos a niveles óptimos entre los 20-27 años, influye en nuestro metabolismo, el control de lípidos y de los hidratos de carbono, en la eficiencia de nuestros mecanismos para obtener energía, en nuestra masa muscular y ósea, en la salud de nuestras arterias y en la formación de placa. Hablamos aquí de todas las hormonas, desde las sexuales a las suprarrenales, pasando por la hormona tiroidea y la hormona del crecimiento", explica Galán.
El climaterio es uno de los períodos más intensos en cuanto a desequilibrios y bailes hormonales. "En la menopausia, los ovarios ya no pueden producir hormonas sexuales, como el estradiol, la progesterona y la testosterona. Es un fenómeno que ocurre en torno a los 50-51 años de media. En Medicina Antienvejecimiento solemos indicar que los diez primeros años tras el inicio de la menopausia son vitales para revertir los cambios que la falta de hormonas ha causado en el organismo de la mujer. Por eso, podríamos decir que los 60 sería la edad en la que las mujeres normalmente están cumpliendo esos 10 años de menopausia y marcan un punto muy importante en la cantidad de daño que ya ha podido hacer la falta de hormonas", señala este facultativo.
En el caso de los hombres, el deterioro es menos significativo. Así lo explica el doctor Galán: "el declive es más paulatino, pero efectivamente a esa edad los efectos del envejecimiento se hacen más evidentes: dolores articulares, aumento de grasa en la cintura -con pérdida de masa muscular en brazos y piernas-, aparecen miedos e inseguridades, aumenta la incidencia de cáncer, hipertensión, diabetes, patología cardíaca… En definitiva, un declive en la calidad de vida con sensación de estar limitado y muchas veces 'esclavo' de infinidad de citas médicas".
Indudablemente, la edad mental importa, y mucho, en la manera de cumplir años. Recientes estudios, como el de la universidad de Stanford, muestran que si uno se siente más joven que lo marca su edad cronológica, es que posiblemente su biología sea más joven.
Sin embargo, para prevenir posibles patologías es necesario saber que las personas con una edad biológica de 60 años pueden empezar a sufrir algunos deterioros. "Esa puede ser una lista larga y que haga que los lectores se sorprendan y hasta se asusten un poco, pero lo cierto es que se producen muchos fenómenos", explica el doctor Galán. Entre ellos, y aparte de lo evidente (una piel y un cabello más débiles), los diez más significativos:
La ciencia nos indica que hay una serie de enfermedades que comienzan a darse a partir de los 60 años. "Son patologías asociadas al envejecimiento, porque las mismas bases moleculares y celulares que llevan al deterioro asociado al envejecimiento están en la base de estas enfermedades", indica Galán.
Las dolencias más frecuentes están relacionadas con el aparato cardiovascular, como las cardiopatías isquémicas (infartos o ictus) asociadas a la ateroesclerosis o depósitos de placa en arterias. La artrosis y la diabetes tipo 2 son otras de las patologías frecuentes, así como la osteoporosis. Otras enfermedades relevantes son las neurodegenerativas, como Alzheimer y Parkinson, y, por último, el cáncer, según el INE, la segunda causa de muerte en España en 2018, después de las disfunciones cardiacas.
Afortunadamente, las campañas sanitarias, las clínicas especializadas, los medios de comunicación y hasta las redes sociales dan cuenta de la importancia de la prevención, no solo para eludir enfermedades, sino para disfrutar de un envejecimiento activo. "Los programas de la Medicina Antienvejecimiento abordan a cada paciente de forma integral, buscando no solo los problemas de salud que el paciente ya tiene, sino que analizamos cientos de biomarcadores de salud y longevidad en todos los ejes de la persona, que nos ayudan a predecir y prevenir su deterioro y sus problemas de salud futuros", explica el doctor Alfonso Galán.
En este tipo de medicina, la implicación del paciente es clave. "Es proactiva tanto por parte del médico como del paciente, que tiene que tomar las riendas de su salud y, efectivamente, hacer cosas -cambiar hábitos, cumplir con el programa- para tener el estado de salud más óptimo ahora y mantenerlo en el futuro. La ciencia avanza cada día en este campo y cada vez tenemos más estrategias para frenar y retrasar el proceso de envejecimiento", indica Galán.
En opinión del facultativo, un buen programa de Medicina Antiaging tiene que contemplar al menos estos parámetros: nutrición, ejercicio, descanso, control del estrés, detoxificación, estrés oxidativo, suplementación nutricional y Terapia de Reemplazo Hormonal.
Alcanzar un envejecimiento saludable no es solo una vida más larga, sino una vida libre de enfermedad, deterioro, con independencia y calidad de vida, "disfrutando de cada día con salud", señala el doctor Galán, que también insiste en la personalización de cada tratamiento o estrategia. "Hay que dejarse guiar por alguien especializado que conozca todo lo que ocurre en el cuerpo del paciente y cómo debe tratarlo, qué suplementos debe tomar, qué hormonas debe reponer y de qué manera, qué tipo de ejercicio y dieta es la más adecuada. Cada persona necesita una estrategia, tiene unos problemas de salud concretos y una sensibilidad diferente", advierte.
Teniendo en cuenta que lo ideal es tener un plan personalizado, de manera general, este profesional recomienda: